La exhumación de los hermanos Manuel y Antonio Lapeña Altabás, fusilados en Calatayud en 1936 y reinhumados en el Valle de los Caídos en 1959, no será inmediata, pese a que el Gobierno de España destinó recientemente 650.000 euros para extraerlos de las criptas y darles sepultura donde designen sus familiares.

Ello es así debido a que fuentes del Ayuntamiento de San Lorenzo del Escorial, donde se halla la necrópolis franquista, han informado de que la tramitación municipal del expediente de solicitud de obras, que requiere pasar por tres organismos distintos, se prolongará varios meses, de forma que el asunto no coincidirá con las elecciones madrileñas.

La cuestión es considerada peliaguda a nivel político local, dado que el consistorio está dominado por el PP y Ciudadanos.

Los Lapeña, procedentes de Villarroya de la Sierra, fueron fusilados por sus ideas republicanas al comienzo de la guerra civil. Sus familiares celebraron el hecho de que el Gobierno de Pedro Sánchez haya concedido ayudas, pero señalaron que estas «llegan tarde».