Las I Jornadas Internacionales Feministas de Zaragoza, organizadas por el Ayuntamiento de la ciudad y la revista Contexto, cerraron sus puertas ayer tarde con buen sabor de boca y mucho trabajo en el cuaderno de tareas. Una representación de las más de 50 ponentes que han intervenido en este congreso expresaron sus conclusiones tras dos días de debate y reflexión sobre el presente y el futuro del movimiento.

Para una economía más feminista, la economista Carmen Castro propone una “despatriarcalización” del sector. “Hay que conseguir acabar con el sistema de privilegios establecido por el patriarcado y desmontar la comercialización del cuerpo y la sexualidad de las mujeres”, indicó. Y añadió “un mensaje en positivo”: “Rebeldía y sinergias feministas para emprender luchas colectivas”.

Los medios de comunicación también fueron protagonistas de la Tormenta de ideas para unir el feminismo y cambiar el mundo que cerró las jornadas. Para alcanzar un “periodismo feminista”, Magda Bandera, directora del diario La Marea, tendió la mano a una “sororidad y lógica de producción periodística”. Por su parte, Sanjuana Martínez, periodista mexicana de investigación, comentó que hay que tomarse muy "en serio" el trabajo periodístico y, para eso, "es necesario ampliar la mirada endogámica”. La “mirada feminista” llegará a la prensa “cuando los medios de comunicación sean mujeres”, concluyó la mexicana.

La educación y la memoria histórica también han de ser objeto de una “perspectiva de género”, según las ponentes. Del mismo modo que las mujeres pertenecientes a minorías, migrantes y excluidas deben “poder poner también sus luchas en el centro del debate”, como afirmó Katerina Sergidou, activista griega.

Una de las demandas y planes de futuro más repetidos en los dos días de congreso ha sido la construcción de un feminismo que dé cobijo a todas las mujeres. “No puede haber un feminismo que deje atrás a las más débiles. Hemos dado un paso más de madurez, hemos empezado a cuestionar el marco normativo heredado del machismo. Y ahí cabemos muchas, nos encontramos todas”, apuntó Marina Sáenz, activista transexual.

En la misma línea se pronunció la filósofa y política Clara Serra. “La pluralidad multiplica nuestra fuerza”, dijo, e insistió en la capacidad del movimiento para configurarse como espacio de debate: “El feminismo debería ser y podemos ser un ejemplo de debate público”.

La activista Justa Montero, quien resumió con su intervención las conclusiones del congreso, comentó que “el sujeto del feminismo tiene que estar compuesto por todas las mujeres”. “En estos días hemos oído planteamientos muy radicales, hemos abordado la interseccionalidad de las luchas y las mil caras de la precarización. Es el momento de dar soluciones, de hacer cambios de verdad y de fondo. Tenemos que ir al origen del problema y buscar la diversidad para la vida diaria y la lucha cotidiana”, comentó.

Justa Montero llamó también a “un cambio global e internacionalista” que “recupere las historias de las mujeres” que defendieron el feminismo en distintas épocas. “Vernos aquí y escucharnos ha sido algo mágico, un ejercicio de respeto y del reconocimiento de la sabiduría de las otras”, concluyó.

Las grandes ausentes del congreso, cuya presencia se reclamó en voz del público y de distintas ponentes, las trabajadoras sexuales, las mujeres rurales, las de las cárceles y las que optan por la gestación subrogada.

Las I Jornadas Internacionales Feministas de Zaragoza, organizadas se han celebrado los días 8 y 9 de noviembre en el Auditorio de la capital aragonesa y han estado organizadapor la revista CTXT y el ayuntamiento de la ciudad, han contado con la presencia de más de 700 asistentes y han acogido las ponencias de más de 50 personas.

El congreso lo cerraron, con su intervención, Yolanda Polo, vicerrectora de Cultura y Proyección Social de la Universidad de Zaragoza; Fernando Rivarés, concejal de Cultura y Educación del Ayuntamiento de Zaragoza; y Adriana Mora y Anna Oakes, coordinadoras de las jornadas por parte de CTXT