El fiscal elevó ayer a 7 años y 8 meses de prisión la petición de cárcel para un joven juzgado en la Audiencia de Huesca como supuesto autor del intento de violación y de las lesiones sufridas por una mujer a la que asaltó en una calle de Jaca con la intención de agredirla sexualmente.

Al inicio de la vista, el ministerio público y la acusación particular informaron de su decisión de sumar a los 5 años y 11 meses que solicitaban inicialmente el acusado por la tentativa de violación 1 año y 9 meses más por las lesiones causadas a la víctima durante el forcejeo.

El procesado empezó su declaración asegurando que no recordaba "bien" lo que había hecho. Los hechos denunciados ocurrieron sobre las 6.30 de la mañana del 16 de diciembre de 2012, cuando la mujer iba a pie de su domicilio a un hotel de la capital jaquesa en el que trabajaba.

Según el testimonio de la víctima, el acusado, C. Y. M. G., de 18 años en esos momentos, le siguió por la calle y en un momento dado se abalanzó sobre ella y le obligó a desplazarse hasta un parque próximo al paseo de la Constitución. Ante la resistencia de la mujer, el acusado le pidió que no gritara y le amenazó con "pegarle un tiro" si no obedecía sus órdenes.

Mientras la mujer ofrecía al presunto agresor su dinero a cambio de que la liberara, este consiguió bajarle los pantalones y quitarse los suyos propios, momento en la que la intervención de un testigo que pasaba por la zona puso en fuga al procesado.

El acusado, de nacionalidad ecuatoriana y en situación irregular en el país, declaró ante el tribunal que lo único que recordaba es estar delante de una mujer que gritaba y de taparle la boca con su mano para ahogar sus gritos. Afirmó, que los gritos de otra persona que se acercaba le llevaron a emprender la huida. Aseguró, a preguntas de su abogado, que no tocó ni agredió sexualmente a la víctima.

Para explicar este comportamiento, el procesado comentó que desde la tarde anterior había bebido abundante alcohol y fumado marihuana, y que no reaccionó por completo hasta que se despertó en el calabozo de la comisaría.

La víctima dijo que desde que sufrió la agresión su vida personal ha experimentado cambios que le llevan a estar siempre en alerta y tomando precauciones debido al miedo, testimonio ratificado por la perito psicólogo que le trató tras los hechos.

El abogado defensor solicitó la absolución al entender que no hubo intento de agresión sexual, y, alternativamente, planteó un delito de vejaciones.