La Sección Primera de la Audiencia de Zaragoza deberá valorar si la Policía inglesa quebró la ley al remitir a la Guardia Civil un paquete con 50 gramos de cocaína enviado desde Guayaquil (Ecuador) a D. M. P., un joven de Pina de Ebro para quien la Fiscalía pide cuatro años de prisión y 8.000 euros de multa.

Él sostiene que no esperaba ningún envío --así se lo dijo a los guardias civiles cuando lo localizaron-- y mantiene que tanto los 45 gramos de marihuana seca que tenía en su casa como las once plantas que cultivaba --pesaron 2,1 kilos una vez limpias-- eran para su autoconsumo.

Su abogada, María Jesús Romero, pidió la absolución alegando que "el paquete tenía un montón de irregularidades", que la marihuana era para el propio consumo de D. M. P. --se fuma diez porros al día-- y que no trafica: vive con 600 euros al mes que gana en el campo, no tiene coche --usa una bicicleta-- y en su casa no había dinero en efectivo.

Los guardias civiles se contradijeron sobre cómo les llego el paquete, aunque habían hecho constar en el juzgado que cuando lo recibieron estaba "totalmente abierto y con la sustancia presuntamente cocaína fuera del mismo". La secretaria, por el contrario, describió "un paquete precintado en bolsa".