Dos tramos fundamentales en la red viaria aragonesa ya han logrado la luz verde para su ejecución, quedando a salvo de los probables vaivenes electorales. El Ministerio de Fomento firmó ayer la adjudicación de las obras de construcción de la variante de Alcorisa (en la comarca del Bajo Aragón), en la carretera N-211, por un importe de 32,1 millones de euros, siete por debajo del presupuesto límite de licitación fijado en el concurso. El proyecto prevé la ejecución de un tramo de calzada única y doble sentido de 6,8 kilómetros de longitud que permitirá mejorar la seguridad vial en la actual travesía a su paso por el casco urbano.

Además, Fomento ha formalizado el contrato de las obras de adecuación de la N-260 entre el congosto del Ventamillo y Campo, una de las actuaciones más reclamadas por los vecinos de la comarca de la Ribagorza. Al ser una carretera que atraviesa una zona de elevado interés ambientar se mantendrá el trazado actual, aunque se mejorará el firme en las curvas y otras zonas peligrosas. El contrato también incluye la rehabilitación de la travesía de Seira.