Solo mes y medio ha tardado en salir a licitación la ejecución de la variante Sabiñánigo Este-Oeste desde que el Consejo de Ministros aprobara impulsar su concurso público el pasado mes de abril. Ayer lo hacía oficial el Ministerio de Fomento, que ofrece este contrato de obras por un presupuesto inicial de 91,67 millones de euros. La puja entre las empresas aspirantes podrá abaratar el precio de una infraestructura que lleva años a la espera de este momento, en el que será el penúltimo tramo en iniciarse de la autovía Mudéjar entre Huesca y Jaca. Por eso destacó que supone «un nuevo e importante avance» para el eje viario de la A-23, a la que solo le restará un último tramo, el que una esta circunvalación con la localidad de Lanave, donde ahora se interrumpe la autovía desde que se puso en servicio, el pasado mes de marzo, de los dos tramos por finalizar en el Alto de Monrepós.

Las obras que ahora salen a licitación supondrán la construcción de la variante de Sabiñánigo, un tramo de 8,6 kilómetros que discurrirá por la zona noroeste de la actual N-330. Esta, cuando esté finalizada, continuará en uso pero como vía de servicio de la autovía.

Entre las obras a acometer figuran en el proyecto la construcción de un viaducto de 936 metros sobre los ríos Gállego y Aurín, con grandes vanos de luces para garantizar la mínima afección y máxima permeabilidad, así como la transformación de varias intersecciones de la nacional N-330 en glorietas en los actuales cruces de Sardas y de Aurín, y otra más en la zona norte.

Este tramo de la A-23 contará con tres enlaces: uno de acceso a Sabiñánigo este, otro de conexión con la carretera N-260 en dirección a Biescas, y un tercero en el de Sabiñánigo oeste. Todos ellos forman parte del término municipal de Sabiñánigo, y discurren en sentido noroeste, por el exterior del vertedero de Sardas y del núcleo de Aurín.

Tal y como se detalló en su día, se han previsto un total de dieciocho estructuras, de las cuales tres son viaductos sobre ríos o vaguadas profundas, entre los que destaca el de casi un kilómetro sobre los ríos Gállego y Aurín, y cuatro sobre arroyos de menor entidad. Cinco serán pasos superiores de camino o carretera, tres son inferiores de autovía y otro paso una vía pecuaria.

La A-23 servirá de conexión entre las autovías A-21 Pamplona-Jaca y la A-22 Huesca-Lérida, y se convertirán en una alternativa eficaz para comunicar la cornisa Cantábrica con Cataluña.