La carretera N-232 entre Figueruelas y Gallur ya parece una autovía. El final de las obras de desdoblamiento en los primeros 29 kilómetros del tramo que, en una segunda fase, conectará con Mallén empiezan a vislumbras su finalización y avanzan en plazo aunque podría adelantarse en función de cómo avancen en las próximas semanas. Fuentes próximas a la obra no descartan que se pueda poner en servicio antes del 30 de abril, fecha límite para que el Ministerio de Transportes reciba la obra, incluso que este decida ponerla en servicio justo para la Semana Santa, a falta de los últimos remates fuera de las dos calzadas principales que ya se dibujan en el trazado aragonés.

Ver culminada esta autovía que conecta con el eje de Navarra y el País Vasco es como un sueño para los habitantes de las poblaciones colindantes, que aguardan desde hace años un estreno que podría adelantarse a la fecha estipulada en el contrato de construcción si las condiciones meteorológicas lo permite. Según ha podido saber este diario, si la lluvia lo permite, en las próximas semanas se acometerá el asfaltado definitivo de los carriles que conforman la segunda calzada en el tramo comprendido desde el entronque con la autovía a la altura de Figueruelas hasta la salida que da acceso a Gallur, límite en el que finaliza el primer subtramo de la infraestructura.

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Los esfuerzos van dirigidos a intentar culminar estos trabajos, así como el pintado de carriles y la instalación de la señalización necesaria para su puesta en servicio a través del personal disponible actualmente a pie de obra, en torno a un centenar de operarios. Aunque parte de la señalética ya aparece instalada a lo largo de esos 29 kilómetros, aunque esté tapada en muchos casos a la espera de esa puesta en servicio que, en todo caso, está en manos del Ministerio de Transportes.

De hecho, no sería la primera vez que se abre al tráfico antes de culminar todos los remates de la obra. Todo depende de si la plataforma llega a tiempo para un estreno que todos aguardan con ansia desde que comenzaron las obras y que, en una vía que soporta más de 12.000 vehículos de media diaria, se vería como recomendable en un puente festivo para el que todavía es posible que se levanten los confinamientos provinciales y de la comunidad. Aún así, no hay directrices al respecto desde la Demarcación de Carreteras en Aragón de acelerar los trabajos para ello y la contratista aún tiene tiempo hasta la entrega de los trabajos, fijada por contrato para finales del mes de abril.

Con todo, su puesta en servicio supondrá poner fin a más de dos décadas de espera para el desdoblamiento y después de varios aplazamientos de la fecha prevista para su estreno. Desde que se adjudicó para que fuera en la primavera del año pasado hasta que se haga realidad en la de este 2021, esta actuación en paralelo a la autopista AP-68 trata de atajar la alta siniestralidad que soporta históricamente y dar mejores prestaciones a un tráfico en el que más de la mitad de los vehículos son camiones.

Ver la dos calzadas separadas perfectamente dibujadas sobre el terreno, con la primera ya utilizada como la nueva N-232 desde que finalizó su construcción y la antigua a falta solo de recibir la capa de asfalto es una importante luz al final de un túnel que duraba ya dos décadas. Y en estos 29 kilómetros, ya se aprecian los cuatro enlaces con municipios con los que contará. Son dos con Pedrola, en el este y el oeste; uno en Luceni, otro en Gallur a la altura del polígono Monteblanco, que es donde culmina este primer subtramo del desdoblamiento.

Mientras, se encuentra muy avanzada la instalación de biondas y las vallas que sirven de cerramiento de la traza de la autovía respecto a los terrenos contiguos a la infraestructura, así como las pantallas acústicas de la misma. También luce instalada parte de la señalética vertical y paneles informativos propios de la autovía que indican los desvíos a los municipios que esperan, como agua de mayo, su estreno definitivo.