El tiempo cambiante que afecta estos días al Pirineo, con nevadas seguidas de días de lluvia y temperatura suave para la época, ha provocado graves problemas. El último se produjo ayer en la N-260a, a la altura de Gavín, donde un desprendimiento obligó al cierre de esta carretera entre Biescas y Ordesa. Quienes viajen a esa zona deben tomar ahora la nueva N-260 a partir de Sabiñánigo, en dirección Fiscal.

Por otro lado, el valle de Ossau, en el Pirineo francés, volvió a ser transitable ayer, después de que los servicios de mantenimiento dieran por terminadas las labores de sujeción de la ladera de la que se desprendió una roca que acabó el pasado viernes con la vida de Karine Vocant, una mujer embarazada que viajaba en un coche con su compañero.

El trabajo fue bastante complicado y fue realizado por brigadas del Gobierno regional de Aquitania, según apuntó ayer el diario Sud-Ouest. A ellos se unieron miembros de una empresa privada especializados en trabajos verticales. El objetivo era no solo despejar la carretera sino asegurar las laderas inestables para evitar que se produzcan nuevos deslizamientos. El trabajo ha consistido en hacer rodar las piedras que estaban en una situación inestable y que corrían el riesgo de desprenderse.

Esta operación se llevó a cabo en varios puntos de la carretera D 934, que tiene carácter departamental (provincial) y conduce de Pau al alto de Portalet, en la cabecera del valle de Tena. Se trata de un lugar muy frecuentado por los españoles, especialmente en invierno, cuando muchos aficionados a la nieve van a la estación de Artouste.

La muerte de Karine Vocant, de 36 años y residente en una localidad de la Dordoña, ha conmocionado a los vecinos del valle de Ossau, que no recuerdan un suceso parecido. Quienes frecuentan la carretera D 934, estrecha, con fuertes desniveles y numerosas curvas, pueden encontrar pequeños desprendimientos de piedras e incluso, ocasionalmente, alguna roca sobre el asfalto.

Pero, como subrayaron ayer los medios de comunicación franceses, nunca se había registrado un accidente mortal debido a los derrumbes. De ahí que se hayan disparado las conjeturas sobre la posible causa del siniestro.

Para algunos habitantes del valle, el paso de un sarrio pudo provocar la caída de la roca, y de hecho se han hallado huellas de este animal en la ladera del desprendimiento. Otros apuntan a las variaciones del tiempo como posible causa del dramático suceso.

Las fuertes nevadas que se vienen registrando desde noviembre ha alternado con periodos de lluvias y de temperaturas suaves que han favorecido el deslizamiento de las laderas.

Por otro lado, al cierre de esta edición todavía no se había abierto al tráfico la N-260a entre Gavín y Broto, donde los servicios de mantenimiento trabajan para despejar la calzada de la mezcla de tierra, piedras y vegetación que se precipitó sobre el asfalto. Hasta tanto la carretera no esté despejada y arreglada, los conductores que viajen por el Sobrarbe deben utilizar como ruta alternativa la nueva N-260, abierta en el 2012.