La noticia de la próxima construcción de las 80 viviendas sociales en el barrio zaragozano de Las Fuentes se ha recibido por sus vecinos con alegría y satisfacción por haber logrado una reivindicación con más de 20 años de existencia. El distrito, de los llamados tradicionales, cuenta con un alto índice de población mayor, pero lo peor para él es que su localización y la actual situación económica no favorece que los hijos permanezcan en él ni a atraer a nuevas familias.

«Las Fuentes es un barrio mayoritariamente envejecido y constreñido, porque no puede crecer mucho hacia otras direcciones. En general, las viviendas son antiguas y los hijos se han tenido que ir a otros barrios a vivir. Una parte de la población se ha deslocalizado», comenta Marta Aparicio, presidenta del distrito.

El solar en el que se van a ubicar las viviendas y los locales comunitarios se encuentra vallado y anexo a la residencia de mayores Las Fuentes, en la confluencia entre las calles María de Aragón y Fray Luis Urbano. «Creo que lo primero es quitar estos solares tan feos que hay. Es un buen terreno que ha estado mal empleado todos estos años», apuntaba Carmen López, una vecina que pasea habitualmente por la zona. «Además, hay mucha gente que no puede pagar tampoco los alquileres de hoy en día tan altos como están, así que las viviendas sociales son una buena opción. Aquí también hay bloques nuevos con gente joven. Todo contribuye a crear un ambiente familiar», añadía.

Savia nueva para una zona como esta, ubicada a pocos metros de la malograda orla este que nunca se llegó a cerrar. Y contiguo a un parque Torre Ramona, púlmón principal del barrio, que urge una reforma y que no acaba de permeabilizarse con este entorno, el de Fray Luis Urbano y María de Aragón. Este proyecto ayudará a hacerlo.

Lo cierto es que en esa zona apenas hay comercios ni bares y la actividad se genera principalmente por el tránsito del campo de fútbol, del centro de salud y del colegio Bajo Aragón Marianistas que se encuentra en una calle cercana. «Como es un área bastante familiar, esto le puede dar un toque revitalizante. Además, el barrio cuenta con la ventaja de que está muy bien comunicado», destacaban Ana Langarita y Enrique Conejero, trabajadores de la residencia de mayores Las Fuentes.

El barrio tiene un marcado carácter asociativo y muchos colectivos han esperado dos décadas para que el proyecto se inicie. «El distrito y las asociaciones vecinales querrán debatir y hacer una propuesta sobre sus necesidades y sus ideas para atraer gente joven porque todavía queda mucho por definir. Es un proceso abierto», señalaba la presidenta del distrito.

La extensión de los pisos será de unos 45 metros cuadrados, pero al contar con zonas comunes como el comedor, el resto de necesidades quedarían suplidas en principio. «A mí me parece muy bien que hagan estas viviendas. Para un matrimonio, con la cocina-comedor, un baño y la habitación ya tienen bastante. Esto le puede venir muy bien al barrio. Además, para la gente mayor, poder vivir en un piso así y con un alquiler más bajo es una gran oportunidad», opinaban Adela Domingo y Felisa Castillo, vecinas del barrio desde hace más de 30 años.

El proyecto tiene buena acogida porque «los beneficios serán para todo el barrio», afirma Nieves Boj, presidenta de la asociación de vecinos de Las Fuentes, ya que «conseguirá espacios comunes que servirán de apoyo a la zona» Las Fuentes.