El futuro de las instalaciones del antiguo colegio de San Andrés de Miralbueno se definirá en los próximos meses, una vez que el Ayuntamiento de Zaragoza elabore un estudio de viabilidad de los posibles equipamientos a los que se podría destinar. De momento, mientras se decide su utilidad, el consistorio ha garantizado la vigilancia del centro para evitar que se deteriore y sufra actos de vandalismo.

Hace una semana finalizó el periodo de exposición pública del proyecto de reparcelación de los terrenos, aprobado inicialmente en el mes de diciembre. Según indicaron fuentes municipales, todo apunta a que en el plazo de cuatro meses se podría comenzar el acondicionamiento del edificio de acuerdo a los usos definitivos, entre los que podría incluirse el centro cívico del barrio.

"La primera actuación será la eliminación de barreras arquitectónicas y la adaptación del inmueble para que cumpla las normas de seguridad contra incendios, las exigencias no son las mismas para un centro escolar que para uno cívico", indicaron desde el área municipal de Urbanismo.

Aunque la intención del consistorio era darle un uso rápido como equipamiento al edificio, el concejal de Arquitectura Municipal, Agustín Martín (CHA), descartó que las instalaciones vayan a abrirse inmediatamente. "Habrá que esperar a que el área de Participación Ciudadana determine los usos para diseñar el proyecto definitivo y acometer las obras", dijo.

GUARDERIA PUBLICA El antiguo colegio de San Andrés no es el único equipamiento pendiente de apertura en el barrio de Miralbueno. Detrás de la alcaldía, otro edificio espera que culminen los trabajos de electricidad para poder dar servicio como guardería pública. "Estamos muy satisfechos con las instalaciones porque son amplias, modernas y se encuentran junto a una zona verde que podrán disfrutar los pequeños, pero no entendemos a qué se espera para ponerla en funcionamiento", comentó el vocal de la asociación de vecinos de Miralbueno, Javier Pina.

Según fuentes municipales, el motivo del retraso se encuentra en el análisis que se quiere realizar de todos los espacios disponibles en el barrio. "En un par de años los vecinos dispondrán de unos equipamientos muy completos. Hay suelo y voluntad política, pero es preciso estudiar bien las necesidades", dijeron desde el consistorio.

El colegio de San Andrés está cerrado desde septiembre del 2001 por falta de alumnos. Los propietarios solicitaron su recalificación cuando el consistorio debatía el nuevo Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), pero los grupos municipales rechazaron de forma unánime la petición por entender que la parcela debía quedar como equipamiento, dentro un área declarada como urbanizable no delimitada --cuyo desarrollo está sujeto a convenio--. Los dueños no cejaron en su intención de desprenderse de la propiedad y en verano del 2002 consiguieron que el ayuntamiento la comprara.