Los problemas de la línea del AVE Madrid-Lérida no parecen tener fin. Una auditoría encargada por el Gestor de Infraestructuras Ferroviarias (GIF), la sociedad estatal de la alta velocidad, detectó hace unos meses que parte de las piedras --balasto-- sobre la que se asienta la vía no es la reglamentaria, lo que está provocando ahora que el material salte en las pruebas de velocidad.

Las consultoras Ineco y Tifsa basaron sus informes en más de cien muestras de material extraído a lo largo de los 481 kilómetros de la línea entre Madrid, Zaragoza y Lérida. Las conclusiones revelaron que más del 15% del balasto no cumplía las especificaciones exigidas por el GIF, tanto en el tamaño de la piedra como en su desgaste. Las empresas tomaron como base de análisis el pliego de condiciones para el suministro del balasto y valoraron hasta seis aspectos --forma, espesor, tamaño y granulometría, entre otros--.

El GIF reconoce que las piedras son succionadas al paso de los trenes cuando circulan a más de 315 kilómetros por hora. Técnicos de material de Renfe apuntaron ayer a este diario que las anomalías detectadas en las pruebas sólo pueden deberse a la "mala calidad" del material o a su nivelación deficiente. La incidencia es una de las causas que están retrasando la explotación del corredor ferroviario a 300 km/h, junto al comportamiento del sistema de control y seguridad --ERTMS-- y la propia respuesta de los trenes.

Desde el GIF se opta por la prudencia y se prefiere esperar a los resultados de la auditoría de la línea contratada antes del verano. Pese a disponer ya de informes sobre el deficiente balasto, fuentes oficiales señalaron que el comportamiento anómalo podría estar relacionado también a la "aerodinámica" de los trenes de alta velocidad fabricados por Talgo y Bombardier. Por ello, el GIF ha perfilado y rebajado "al máximo" el balasto en la zona de pruebas para conocer si los trenes siguen succionando las piedras y poder aclarar las causas.

Las anomalías detectadas en el suministro del balasto ya provocaron que se incrementaran los controles de las siguientes compras y ensayos de material para la línea, que sigue en construcción entre Lérida, Barcelona y la frontera francesa.

Las vías del AVE Madrid-Lérida se asientan sobre casi cinco millones de metros cúbicos de piedra y grava arenosa procedentes de doce canteras repartidas por seis comunidades autónomas. Ninguna aragonesa fue contratada.