El presidente de la Diputación Provincial de Huesca, el socialista Miguel Gracia, apostó ayer por normalizar unas «relaciones fluidas entre Cataluña y Aragón» y puso como ejemplo el trabajo esta legislatura con la alcaldía de Lérida. El presidente provincial participó ayer en un foro en Huesca organizado por los socialistas de las comarcas de Lérida, Pirineos y Arán, en el que más de treinta personas han expuesto la necesidad de recuperar el valor de la política y del diálogo que tradicionalmente ha caracterizado a los socialdemócratas. .

Al acto asistieron entre otros la delegada del Gobierno central en Cataluña, Teresa Cunillera; el diputado del Partido de los Socialistas de Cataluña (PSC) Francesc Boya; el ex alcalde de Lérida Antoni Siurana, y el primer secretario de la Federación socialista de comarcas de Lleida, Pirineu i Arán, Oscar Ordeig, En su discurso, Gracia reivindicó las buenas relaciones de vecindad que tradicionalmente han caracterizado a los pueblos de ambas provincias, más allá de las tensiones que «se alimentan más desde la distancia de las grandes capitales que desde el propio territorio».

Tal y como indicó el PSOE a través de una nota de prensa, para el también alcalde de Arén es necesario «hacer didáctica» para que la sociedad «supere una situación de continuo enfrentamiento al otro, al contrario, al que no piensa o no vive como uno mismo». Gracia lamentó que «los intentos para rentabilizar el tema del procés» hayan contribuido a «alimentar un nacionalismo español que está en el polo opuesto a lo que hemos venido trabajando en estos territorios, donde cuestiones como los bienes no se perciben igual desde la lejanía que desde el propio territorio».

El presidente de la DPH defendió un espacio común de colaboración y participación entre Huesca y Lérida como posibles alianzas en asuntos como el desarrollo del sector cárnico.