Fue en el 2009 cuando Carla Larrea, del instituto Segundo de Chomón de Teruel, se alzó con una de las mejores notas de Selectividad en Aragón. Entonces, la prueba de acceso a la universidad permitía alcanzar una puntuación máxima de 10. Larrea obtuvo un 9,716 que le permitió matricularse en Ingeniería de Telecomunicaciones y, diez años después, está trabajando en un proyecto de Ronal Ibérica, una importante empresa con sede en Teruel que le ha permitido quedarse en casa. «Pese a que terminé la carrera en plena crisis, no he parado de trabajar y también he seguido estudiando», cuenta la joven. Larrea, que reconoce que gran parte de sus compañeros de promoción del instituto han tenido que salir de Teruel para poder estudiar y trabajar, reconoce que está «acostumbrada» a estudiar mucho y de aquella Selectividad también salió con dudas. «Obtuve una gran nota, pero no tenái claro qué hacer. De hecho, empecé DADE (Derecho junto a Administración y Dirección de Empresas), pero lo dejé cuando vi los primeros apuntes. No tenía vocación de nada, todo se me daba bien y lo que se me ponía por delante lo hacía. La elección fue complicada», reconoce. Fue el examen de Lengua y Literatura el que impidió a Carla Larrea sacar una nota todavía más perfecta aquel 2009. «No me pareció difícil ni estuve estresada, pero es verdad que el examen de Lengua me bajó», recuerda. «Estoy contenta y no me arrepiento de mi elección de carrera. Las Telecomunicaciones me han dado la oportunidad de conseguir algo que no esperaba. Mi intención siempre ha sido trabajar y progresar y he tenido una combinación de suerte, ya que no he parado. Eso sí, eso exige ser constante», dice Larrea. Por otro lado, la joven también señala al «poco avance» en la cuestión de género en las ingenierías. «Es obvio que hay muchos más chicos», dice. «Por cuestiones de trabajo me toca viajar a ferias por diferentes puntos de Europa. Lo hago como técnico, pero me ha pasado que todo son hombres y ellos preguntan antes a los compañeros que van conmigo que a mi. Eso es frustrante y el papel de la mujer está limitado», dice.