Todos los ciudadanos saben cómo es la bandera de España y cuáles han sido sus predecesoras más recientes, como la de la República o la que se impuso durante la dictadura franquista. Sin embargo, muy pocos conocen la historia que se esconde tras ellas y las que hubo en siglos anteriores. Por este motivo, la Asociación Retógenes, de carácter histórico militar, lleva trabajando desde hace 16 años, en investigar y confeccionar las insignias que representan a la Península Ibérica.

Hasta el 25 de junio, el Palacio de Capitanía General ubicada en Zaragoza acoge una exposición que muestra la historia de las banderas más simbólicas de la historia. Esta obra, según el vicepresidente de Retógenes, Jesús Dolado, está dirigida tanto para «los más jóvenes» como para «los más expertos» porque además de las enseñas se pueden encontrar recreaciones de diferentes barcos del ejército o estancias en campamentos cuando estaban de misión, en miniatura. «Cualquier militar o cualquier museo de esta índole estaría loco por disponer de estas muestras porque para nosotros representan esfuerzo militar, político o económico a pesar de que para otros signifiquen muerte, guerra y desgracia», corroboró Dolado. Además, existen alrededor de 700 estandartes de los cuales, Retógenes seleccionó 80 que, según Dolado, «cuentan cada etapa de la historia y no se salta ni una». Para ello, los expertos revisaron «grabados y fotografías antiguas aunque en muchas otras, era más fácil que las tuviera el enemigo antes que nosotros. Cuando el ejército perdía una guerra, eralo primero que se le entregaba como símbolo de victoria.

Todas y cada una de las muestras han sido elaboradas exclusivamente para la muestra y financiadas, según Dolado, con aportaciones «de los miembros de la asociación, de empresarios y de ciudadanos particulares». Por esta razón, «algunas se han recreado con más presupuesto y se ven mejor que otras», confesó. La primera bandera rojigualda, que comienza a dar el concepto de nación, se originó en 1785 bajo el reinado de Carlos III. Asimismo, en la exposición se puede observar su evolución e introducirse en un viaje en el tiempo «para aprender nuestro pasado para aprender de nuestros errores y no poder volver a cometerlos en el futuro», recalcó Dolado.

La muestra está recorriendo este año todo el país. La anterior parada fue Huesca, que recibió «casi 6.000 visitantes, que por lo que han comentado, para la capital oscense es un número importante», aseguró Dolado. Anteriormente vieron dicho exposición más de 35.000 ciudadanos en los siete lugares en los que ha estado instalada. Una cuarta parte se trata de público infantil, ya que hay varias visitas organizadas con colegios de Zaragoza.