La fiscala de la Sección Primera de la Audiencia de Zaragoza retiró ayer la acusación contra J. L. B., sobre el que pende una petición de pena de cinco años y ocho meses por supuesto uso de una tarjeta de crédito ajena, al comprobar que el presunto autor del hecho podría ser J. B, hermano del primero.

La víctima de la estafa, que asciende a 1.288 euros, pudo equivocarse en la fase del atestado o en su declaración ante el juzgado cuando señaló de quién sospechaba. De hecho, el denunciante manifestó ayer en la sala de vistas que J. B. es la única persona que pudo tener acceso a sus tarjetas, que estaban en la guantera de una furgoneta con la que trabajaba en la zona de Ejea de los Caballeros.

Con estos medios de pago, supuestamente, se efectuaron compras en El Corte Inglés a través de internet entre el 2015 y el 2016.

«Me confundí de nombre», aseguró la víctima a preguntas del ministerio público. Sin embargo, su abogado siguió manteniendo una doble acusación, una por estafa y otra por usurpación de identidad, alegando que el teléfono de contacto para las compras efectuadas era el de J. L. B.

En opinión del letrado de la acusación particular, se trata de un caso de «autoría mediata» (a través de otra persona que desempeña un papel instrumental) o de coordinación en la actuación. En su opinión, ambos hermanos podía ser coautores de los hechos objeto de la vista oral o existir «algún tipo de complicidad» entre los mismos para «dificultar» la determinación de la autoría.

Sin embargo, el abogado defensor, José Antonio Leciñena, aseguró que el acusador basaba su alegato en probabilidades, no en certezas, y dijo que existían otros teléfonos de contacto que no han sido explorados. Asimismo, subrayó que la petición de cinco años y ocho meses de cárcel se hacía «con ánimo vindicativo» y con «mala fe» procesal. Por estos motivos pidió que la parte acusadora sea condenada a pagar las costas del proceso.