El Juzgado de Instrucción número 3 de Zaragoza investiga por abusar de una menor a un hombre cuyos datos se omiten para proteger la identidad de la víctima, cuya tutela ya fue retirada en su día a sus parientes biológicos por abusos sexuales. La familia del investigado estaba actuando como hogar esporádico para que la menor tuviese un entorno menos frío que los centros de menores, pero el hombre, según apunta la investigación hasta el momento, acabó abusando de ella. Actualmente está en libertad, aunque debe permanecer alejado de la menor, quien ha visto agravados sus traumas infantiles y muestra pocas esperanzas de encontrar un entorno familiar seguro.

Según se desprende hasta ahora de las pesquisas judiciales, la menor sufrió abusos sexuales intrafamiliares de carácter grave cuanto tenía seis años, por lo que su custodia acabó en manos del Gobierno de Aragón. Comenzó a vivir en distintos centros de menores hasta que, en uno de ellos, trabó amistad con una familia de la localidad donde estaba, la del ahora investigado.

Al principio tuvo diversos episodios en los que se escapaba para ir a ver a la familia, hasta que finalmente se decidió establecer un régimen de visitas de forma que, una vez a la semana o en determinadas fechas señaladas, la joven iba con ellos y así iba teniendo los beneficios de convivir con lo que se creía que era un entorno normal.

Sin embargo, a las pocas visitas el cabeza de familia comenzó a mostrarse demasiado cariñoso con ella, hasta que se propasó. Entre otros episodios referidos por la menor, que tenía unos 15 años, le envió una foto de sus genitales con la frase «pequeña pero jugetona», le compró un conjunto de lencería, entró en el baño cuando ella se duchaba y le pidió que se retirase la toalla, o le decía que cuando cumpliese los 18 años se casaría con ella.

El episodio más grave, y que al parecer precipitó la confesión, ocurrió cuando la joven le dijo que sospechaba que estaba embarazada de su novio -al que él ya le había dicho que dejara-, y el hombre, con el pretexto de confirmárselo, la hizo tumbarse desnuda y acabó lamiéndole el sexo.

Por el momento el investigado, defendido por la letrada Carmen Sánchez Herrero, ha tenido que presentar una fianza de 6.000 euros aunque no está ingresado en prisión provisional.