La tranquilidad de una ciudad de cincuenta mil habitantes se verá rota por el aluvión de visitantes que año tras año inundan cada hotel, cada calle y cada rincón de la ciudad. Por ello también se reforzarán las medidas de seguridad, sobre todo en las entradas y salidas de la ciudad, y se intensificarán los controles de alcoholemia, como explicó la Junta Local de Seguridad.