Los informes finales de las pruebas de ADN practicadas a familiares de 41 víctimas del accidente aéreo del Yak-42, en el que murieron 62 militares españoles, han ratificado la existencia de errores en las identificaciones de los fallecidos.

Como ya adelantó EL PERIODICO DE ARAGON, el equipo médico español cometió fallos en las atribuciones de los restos mortales de los soldados a sus seres queridos. Ayer, fuentes del Instituto Toxicológico de Estambul, encargado de realizar los exámenes, confirmaron que en los documentos enviados a la Fiscalía de Ma§ka (Turquía) se constata lo que ya advirtieron cuando terminaron los cotejos de los códigos genéticos. "Los resultados son preocupantes y reflejan lo que ya anunciamos. Hubo errores en las identificaciones", indicaron las fuentes consultadas, que no quisieron dar más datos para evitar polémicas como la surgida a raíz de la noticia adelantada por este diario. Además, desde el Ministerio de Defensa se rehusó dar una explicación al respecto.

Los distintos despachos de abogados que representan a los familiares ya han recibido el aviso de la Fiscalía para que recojan las conclusiones de los exámenes. Fuentes familiares apuntaron que al menos uno de los letrados turcos que colaboran con los bufetes españoles viajó ayer a Ma§ka a fin de tener ya en sus manos los ansiados informes.

Algunos afectados como Ana Ochoa, viuda de hecho del sargento primero Miguel Angel Algaba, mostraron su temor ante lo que puede avecinarse: "Ni siquiera con exhumaciones y pruebas de ADN se recompondrá el puzle, porque muchos fueron incinerados". Y Rosario Benítez, que perdió a su marido en el siniestro, también reflejó su escepticismo sobre las vías de solución al problema. "En cada bolsa puede haber restos de varias personas. Y eso no aparecerá reflejado en los test, lo que complica más aún la correcta adjudicación de los cuerpos".