El catedrático José María Cuadrat explicó que el pasado mes de julio, con temperaturas tan bajas, intensas lluvias y fenómenos extremos como la granizada de hace pocos días en Zaragoza, se podría considerar un mes "anómalo" pero que no se puede poner en relación con otros años estudiados porque lo que se analiza es una tendencia, no los registros que puntualmente se dan. Aunque sí apuntó que con el calentamiento global y la subida de temperaturas, una de las consecuencias que se produce en el clima es que "hará que los fenómenos extremos sean más frecuentes". Pero subrayó que Zaragoza no es una excepción. Su situación es similar en todas las ciudades.