La confianza en el gestor que le ayudó en un problema con Hacienda llevó al exjugador del Real Zaragoza, Rubén Martín Pulido a fiarse de ese hombre y a entregarle 204.750 euros para un negocio en Rusia del que no vio beneficio alguno ni se lo devolvió. Es por ello que el futbolista sentó ayer en el banquillo de la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Zaragoza a Sergio Díez Saldaña por un delito de estafa.

Inicialmente se enfrentaba a una pena de 6 años de prisión que solicitaba el abogado de la acusación particular, Antonio García Muñoz, si bien el encausado llegó a un acuerdo con el exzaragocista y con la Fiscalía, viendo rebajada de forma considerable la pena hasta los 2 años. Para alcanzar dicho pacto, el procesado tuvo que entregar 50.000 euros y se comprometió a entregar otros 50.000 en el plazo de siete días.

Los hechos que reconoció Sergio Díez Saldaña se produjeron en el 2011, momento en el que el jugador se trasladó a vivir a Grecia con motivo de su profesión. Aprovechando la confianza depositada por Pulido, con ánimo de enriquecerse y aparentando ofrecerle iniciar negocios en común, le propuso un negocio de venta de carne a Rusia en el que el acusado se encargaría de comprar y enviar el alimento junto a una amiga rusa de su novia, también originaria de allí. El encausado le dijo que esta joven estaba trabajando en Barcelona en temas relacionados con el envío internacional de carne, si bien le acababan de despedir, pero tenía contactos con proveedores.

Ante ello, el exjugador del Zaragoza aceptó entrar en el negocio, haciendo la primera transferencia a la cuenta bancaria del acusado por 25.000 euros. Desde esa fecha fue ingresándole varias cantidades hasta llegar a los 204.750 euros con la finalidad de que invirtiera en dicha sociedad, que no llegó a crear.

Desde el año 2011 al 2014, Pulido no recibió ninguna cantidad en concepto de devolución o beneficio, ya que el acusado le manifestaba que las ganacias las empleaba para reiventir. Durate ese tiempo el procesado le enviaba una contabilidad de las supuestas operaciones de compra y venta.

Las compras de carne en España para su venta en Rusia no se realizaron, sino que Sergio Díez Saldaña envió el dinero que le entregó el futbolista a su esposa con la que estaba en vías de divorico.

La víctima de esta estafa le llegó a preguntar qué pasaba al respecto y la contestación de este hombre fue «que estaba en Rusia y que estaba bloqueado por una denuncia de su mujer contra él y por la guerra con Ucrania».

Paralelamente a este negocio de la carne, el encausado le propuso a Pulido otra inversión que consistía en comprar maquinaria pesada de obra en España y enviarla también a Rusia para alquilarla, ya que el hermano de su mujer era jefe de obra en dicho país y estaban haciendo una carretera. Le dio 62.000 euros.