Rafael Sánchez Benito se enfrenta a 9 años de prisión por, supuestamente, intentar asesinar a la prostituta que contrató un 12 de febrero de este año, en Zaragoza. Este joven negó tener esa intencionalidad ante los magistrados de la Audiencia de Zaragoza, si bien admitió que sacó una navaja y la agredió en el cuello, tórax y en las lumbares.

Lo hizo, según declaró, porque él quería abandonar la vivienda y ella se lo impedía. Acababan de discutir por la tarifa de 100 euros que Violeta iba a cobrarle porque "no era lo que habíamos acordado".

De esta forma rechazó la versión que sostuvo la meretriz durante la instrucción, quien dijo que él se puso muy violento cuando vio que ella no le recibía desnuda, sino tapada con una bata. Esta solicitud consta nueve veces en los mensajes de Whatsapp intervenidos por la Policía en el teléfono de la víctima.

También afirmó que no sabía que había más gente en la casa y que, cuando empezaron a discutir por la tarifa, se pusieron en su contra y se puso nervioso.

La joven de 19 años resaltó el miedo que pasó. De hecho, declaró ante los magistrados, mientras se tapaba la cara para que no le viera su agresor. "Sangré mucho, me asusté", apostilló.

Una declaración que puso en duda la abogada de la defensa, Carmen Sánchez Herrero, ya que cuestionó por qué tardó cuatro horas en ir al hospital para que curaran sus heridas, que esta letrada calificó de "arañazos".

La prostituta le respondió que Sánchez Benito le amenazó con "ir otra vez" si acudía a un centro sanitario. "Me dijo que cuidara porque tenía muchos amigos policías y abogados", apostilló.

Los especialistas del Instituto de Medicina Legal de Aragón (IMLA) señalaron, en la presentación de sus informes, que uno de los cortes, el que afectó al cuello, podía haberle causado la muerte. No por la profundidad de la herida, sino por la zona tan sensible en la que se hizo, ya que está muy cerca la yugular. No obstante, no tuvo que ser operada.

La acusación se basa en este estudio médico para solicitar una pena de nueve años de prisión por tentativa de asesinato y una indemnización de 1.220 euros, si bien la abogada de la defensa entiende que "si hubiese querido matar, hubiera clavado la navaja hasta el fondo". Propuso una condena de diez meses de prisión por el delito de lesiones.