El delegado del Gobierno en Aragón, Javier Fernández, confió ayer en que el dispositivo de seguridad diseñado para la cumbre hispano-francesa que se celebrará en Zaragoza el próximo 7 de diciembre "no afecte a nadie en su quehacer diario". Fernández presidió ayer una reunión de la Junta de Seguridad para ultimar toda la operación.

El delegado del Gobierno explicó que "habrá un dispositivo importante con un número suficiente" de agentes de Policía, Guardia Civil y Policía Local, a lo que añadió que "no va a haber nada visible distinto de lo que se hace todos los días".

"Creemos que no va a haber ninguna molestia para nadie porque no se pretende hacer nada más que dos mínimos cierres de dos calles que no suelen tener mucho tráfico", explicó. En concreto, se cortará la calle que va desde el Paseo María Agustín hasta el final de la Plaza de Toros, ocupada por las unidades móviles de las televisiones. También será cortada la calle Madre Ráfols, situada en la parte posterior del Pignatelli.

Los efectivos policiales podrían ser reforzados por funcionarios venidos de fuera pertenecientes a la Unidad de Intervención Policía Local de Madrid, la Brigada de Información, guías caninos y especialistas en la desactivación de explosivos.

Por otro lado, según informó ayer Europa Press , Francia y España están manteniendo contactos para pactar la fórmula adecuada para la presencia de líderes autonómicos en la cumbre. Ningún representante municipal o autonómico del país galo acudirá al evento, mientras los presidentes autonómicos españoles que participen podrán tomar parte sólo en la reunión del plenario. Falta por cerrar si asistirá el lehendakari Juan José Ibarretxe.