Buena parte de lo que se deposita en los contenedores de basura de color amarillo acaba en el vertedero o en plantas de incineración. La culpa la tienen los envases multicapa o multimaterial, en los que se encuadran los tetrabrik de leche o los envoltorios de embutidos o pizzas, ya que son muy difíciles de reciclar por ser muy complejos químicamente. Alargar la vida de este tipo de producto, haciendo posible su reciclaje y posterior reutilización, es el reto que se marca el proyecto europeo Mandala, liderado por Aitiip Centro Tecnológico, con sede en el polígono Empresarium de Zaragoza.

Esta ambiciosa iniciativa fue presentado ayer a los medios de comunidad con motivo de la reunión de lanzamiento de la investigación celebrada en el hotel Vincci Zentro de la capital aragonesa, donde se dieron cita representantes de las 12 entidades de cinco países (España, Noruega, Croacia, Grecia e Italia) que se han implicado en el desafio. Entre ellas destacan grandes empresas españolas como Repsol y Cadel Deiking, multinacionales como Sapici o el cluster agroalimentario del valle de Ebro Food+i.

Los investigadores se proponen desarrollar un adhesivo termorreversible, de tal forma que en una planta de reciclaje y aportando calor se puedan separar las distintas capas de estos envases complejos, lo que permitiría la recuperación y valorización de cada material.

Actualmente solo se recicla en el mundo el 14% de los envases de plástico, mientras que el 72% restante no se recupera en absoluto (el 40% va a vertederos y el 32% se filtra fuera del sistema de recolección). El proyecto Mandala aspira a dar la vuelta a estas cifras, algo que espera lograr mediante la innovación en el diseño tecnológico del envase multicapa y multimaterial, que supone la mayor parte de los embalaje de los supermercados (alimentación o cosmética)

ECONOMÍA CIRCULAR

«Se trata de hacer un nuevo concepto de envase que sea sostenible y que por las innovaciones en materiales nos va a permitir valorizar todo y no generar residuo», explicó Lidia García, ingeniera de Aitiip y coordinadora del proyecto, que promueve el concepto de economía circular. «De momento no podemos quedarnos sin plásticos, porque eso no es viable, pero sí alargar su vida para que no acaben en los océanos y vertederos», apuntó Marian Gómez-Fatou, responsable científica de Mandala en nombre del CSIC.

Además del reciclado del plástico convencional, el proyecto también trabajará con el uso de biopolímeros. Y los resultados se transferirán a otras aplicaciones y productos plásticos contribuyendo a la generación de empleo y crecimiento.

Para lograr todos estos objetivos, el proyecto dispone de un presupuesto de 4,5 millones de euros, con un plazo de ejecución de tres años y medio (42 meses). El 80% de los fondos proceden del programa europeo para la innovación Horizonte 2020 y el otro 20% los aportan los socios.

«Mandala supondrá un antes y un después para la industria y la sociedad, ya que ofrece una alternativa sostenible e igualmente eficaz al envasado multicapa convencional», afirmó Berta Gonzalvo, directora de investigación de Aitiip.