El versátil jacetano Mario Garcés participó ayer en el Foro ADEA de Zaragoza en su condición de escritor, para presentar su último libro (Historias de España que nadie te había contado), pero no pudo ni quiso abstraerse de su actual condición de secretario general del think tank del PP, la fundación FAES, y durante toda su intervención fue trufando su condición de «liberal», en el sentido histórico del término, luchador por la «libertad» y la «paz» frente a imposiciones y frentismos.

En ese marco situó también al actual líder nacional de su partido, Pablo Casado, pero apeló a la necesidad del pacto frente a grandes retos nacionales como «la natalidad», que mencionó en varias ocasiones. Reiteró que en 15 años, un tercio de los españoles tendrá más de 65 años, y en 30, 200.000 ciudadanos serán centenarios en España. Ante estos retos, el exconsejero de Hacienda del Gobierno de Aragón y Eexsecretario de Estado de Igualdad en el Ejecutivo de Rajoy, apeló a dejar el «tribalismo» de la política actual, que lleva a «exacerbar las diferencias» entre formaciones, y buscar acuerdos. Llamó varias veces a sustituir el «sentimiento» que domina la política actual, la visceralidad, por el raciocinio y el sosiego, tanto para negociar como para opinar.

En este y en otros ámbitos hubo mucha alusión velada a Vox, pero ninguna directa. Antes de comenzar el foro, ante los medios, Garcés defendió que el PP «siempre ha ocupado todo el espectro» de centro a derecha, y por tanto no tiene que hacer «esfuerzo» para recuperarlo. Confió en que, cual entrenador de fútbol, el liderazgo actual del Partido Popular pasa por ocuparse de uno mismo, sin preocuparse de lo que hagan las demás formaciones, con las que en cualquier caso apostó por pactar en estos grandes asuntos. Durante el turno de preguntas con el que culminan estos foros de la asociación de directivos aragoneses, Garcés reivindicó en varias ocasiones la labor de su partido en temas como la violencia de género, en la que, «tanto el PSOE como el PP lo hemos hecho muy bien», por mucho que se ponga el acento en cada asesinato. Recordó que desde hace trece años estos, por muy lamentables que sigan siendo, son la mitad, y defendió la ley vigente.