Centenares de funcionarios del Ayuntamiento de Zaragoza se llevaron un sobresalto el pasado viernes cuando descubrieron que no habían ingresado la nómina correspondiente al mes de octubre. Un susto en vísperas de Halloween que se debió a un fallo de la entidad que gestiona las nóminas, como se aceleraron a comunicar los responsables de Economía y Hacienda ante las quejas recibidas desde la Junta de Personal, que ya veían con alarma lo sucedido por si detrás de esta incidencia estaba un problema de liquidez del consistorio.

El motivo de este retraso, que ayer confíaban en ver solventado en las próximas horas, está en Ibercaja, entidad a la que se deriva la totalidad de las nóminas y que se encarga de distribuirlas entre los diferentes bancos en los que cada trabajador tiene domiciliado el cobro. Ella admitió el error y pidió «disculpas» a la plantilla.

El problema, según explicaron fuentes oficiales del ayuntamiento y la propia Ibercaja a través de un comunicado interno que se distribuyó a todo el personal, se debió a un fallo «informático» suyo que provocó que solo aquellos empleados que perciban la retribución municipal en una cuenta de su entidad o de Caja3 pudieron recibirla en tiempo y forma. El resto, lo hará con retraso, «entre esta noche ±por ayer± y la del próximo lunes», aseguraron desde Ibercaja. Como mínimo 24 horas.

Son más de cuatro millones de euros los que se remiten cada mes a la entidad para que esta, a su vez, las redirija al resto de bancos. Pero ni el propio ayuntamiento, ni el responsable de Economía y Hacienda, el vicealcalde Fernando Gimeno, ni la Junta de Personal eran capaces ayer de cuantificar a cuánto asciende los afectados por este error.

REUNIÓN EL LUNES

No obstante, el presidente de la Junta de Personal, Roberto Tordesillas, adelantó ayer que mañana se reunirán todos los sindicatos para analizar el impacto que puede tener esta incidencia en la plantilla del consistorio. «Hay que tener en cuenta que muchos trabajadores pueden depender del cobro de su nómina para hacer frente a órdenes de pago o las obligaciones hipotecarias que, en caso de retrasarse unos días se puede traducir en la devolución de esos recibos y, por tanto, el pago de unos intereses que alguien debería asumir», explicó.

Un error que puede tener consecuencias económicas para la plantilla y que Gimeno insistió ayer que «no es un fallo achacable al ayuntamiento ni es un problema de liquidez» del consistorio. En momentos de crisis y cuando la situación de la tesorería municipal es tan delicada, cualquier sobresalto de este tipo apunta siempre en la misma dirección.