En Aragón hay más de 3.500 mujeres en riesgo de sufrir la ablación genital, de ellas, 1.500 menores de 16 años. La comunidad aragonesa ha desarrollado un protocolo para atajar esta práctica basado en la información, prevención y reparación de daños físicos y psicológicos. Mediante trabajadores y educadores sociales y sanitarios, se ha logrado que este tema deje de ser tabú para muchas familias.

Uno de los aspectos más importantes de este proyecto, en el que se trabaja con Médicos Mundi, es lograr el compromiso de las familias de proteger a las menores cuando viajan a su país de origen donde se practica la ablación. "La cultura no puede vulnerar los derechos", recalcó Mª Pilar Argente, directora del Instituto Aragonés de la Mujer.

Los profesores y pediatras han adquirido un papel muy importante a la hora de controlar y detectar si una menor corre el riesgo de sufrir una ablación o si ya ha ocurrido. El programa trambién contempla la reparación del daño en mujeres mutiladas.

La ley ampara a las mujeres. En caso de que una menor sufra la albación se iniciaría un parte a menores y la fiscalía podría intervenir. Si la niña, en cambio, vuelva de su país mutilada, se abriría un parte de lesiones.