Más de 2.000 personas participaron ayer en la VII edición de la Feria de la Patata de Chía, una de las más multitudinarias de los últimos años. Organizada por la Asociación de Productores en colaboración con el ayuntamiento de la localidad de La Ribagorza y la Diputación Provincial de Huesca (DPH), durante la jornada se elaboró una caldereta de tocino y patata con más de 650 kilos de esta apreciada variedad.

La inauguración oficial de esta séptima edición tuvo lugar en el salón de actos a las 10.00 horas y contó con la presencia del presidente de la DPH, Miguel Gracia; la presidenta de la Comarca de la Ribagorza, Lourdes Pena; el alcalde, Enrique Barrau; el presidente de la Asociación de Productores de Patata de Chía, Arturo Lanau, y Aurelio García, de la Asociación Guayente.

Sobre las 10.30 horas se abrió en la plaza el mercado de artesanos, que este año incrementó el número de puestos que ofrecieron productos agroalimentarios de la zona hasta los 25. Entre ellos estuvo el del centro de integración sociolaboral El Remós, uno de los proyectos impulsados por la Asociación Guayente, que se encarga de la comercialización y distribución de la patata de Chía.

Durante la mañana se celebraron diversas actividades para toda la familia, como manualidades y juegos educativos relacionados con la patata para los más pequeños, una exhibición de cetrería o un concierto de música tradicional. También se pudo visitar una exposición ganadera y el centro ecuestre La Barana ofreció paseos a caballo.

La patata de Chía se siembra a los pies de la sierra del mismo nombre, a una altitud de 1.200 metros, lo que, sumado al microclima de esta zona y a las técnicas de su cultivo, le confieren un sabor y una textura únicos. Sus productores no usan fitosanitarios y han recuperado técnicas tradicionales basadas en la rotación y el uso de la tracción animal en la mayoría de las labores agrícolas.

Tal y como indicó la asociación de productores, este año la cosecha se ha visto mermada por las inclemencias meteorológicas, por lo que no se superarán las 50 toneladas, frente a las 60 que se recogieron el año pasado en las 5,5 hectáreas dedicadas en la localidad a la patata.