"Le disparé porque no tenía otra salida, era ella o yo". René Marqueze declaró al diario galo ´La République des Pyrénées´, de Pau, que actuó en legítima defensa. "La osa me atacó tres veces al borde de un precipicio", afirmó. "Fue terrible, Canela apareció de repente, gruñendo y con las fauces abiertas", señaló Marqueze, que está jubilado y es aficionado a la caza desde hace cuarenta años. El cazador subrayó que había salido en busca de cabras montesas y jabalíes en compañía de varios amigos. Marqueze, que sostiene que al sufrir el tercer ataque rodó por una pendiente y se le cayó la escopeta, describió gráficamente el cuarto encontronazo con la osa en las cercanías del pueblo pirenaico de Urdos. "Me estaba esperando", relató. "El animal dio un bote, gruñendo, y a una velocidad espantosa, como un caballo al galope", manifestó. "Entonces yo di media vuelta y le disparé a la grupa", dijo a su entrevistador con los ojos llenos de lágrimas. "Me gustaría saber qué hubieran hecho en mi lugar los que me tratan de asesino", insistió Marqueze, quien asegura que ha estado a punto de perder la razón y de cometer una locura. "No soy un asesino, amo los animales", se defendió. Para este antiguo chófer la vida ha cambiado radicalmente. Dice que el episodio se ha quedado grabado en su memoria "para siempre", pues pensó que todo había acabado para él. "No puedo dormir y sufro pesadillas desde aquel día", concluyó.