Los 39 médicos aragoneses que han solicitado su reincorporación al puesto que ocupaban antes de su jubilación forzosa del 2013 volvieron ayer a sus puestos de trabajo. La consejera de Sanidad, Sira Repollés, consideró que aquella medida de ahorro ha sido «devastadora» para el sistema público porque se han pagado al menos dos millones de euros en indemnizaciones.

Estos sanitarios (que no han cumplido los 70 años) vuelven a sus puestos de forma voluntaria si lo han solicitado y sin desplazar a los que están ejerciendo. Si había plazas vacantes en los centros de especialidades han ocupado su espacio o se han creado nuevas para no descuadrar la organización de las plantillas que están trabajando en los centros de especialidades.

De estas incorporaciones los grupos más numerosos son cinco de cirugía general, cuatro de medicina de familia y tres especialistas en oftalmología.

La situación que afronta el Ejecutivo de Javier Lambán se remonta a finales de julio del 2013, cuando la DGA, dirigida entonces por el Gobierno de Rudi, impuso a médicos del Servicio Aragonés de Salud la jubilación forzosa a los 65 años y no permitió la prórroga de su vida laboral hasta los 70 años. Respecto al proceso de indemnización, el pago consiste en compensar por el dinero que los médicos dejaron de percibir, sumado entre la pensión y lo que hubieran ganado.

El que fuera director general del Area de Coordinación Asistencial del Gobierno de Aragón en el 2013, Fernando Sebastián, es uno de los médicos que ha regresado a su puesto de coordinador médico del centro de salud Santa Isabel de Zaragoza. Curiosamente, en el ejercicio de su cargo fue uno de los encargados de firmar la orden de jubilación forzosa que se ha tenido que anular.