Compaginar el periodo de residencia en un hospital con una investigación no es fácil. Menos cuando se trata de un centro sanitario como el Miguel Servet, de tanta capacidad y con tantos servicios asistenciales en su cartera. Sin embargo, Alicia Gavín y Sixto Genzor lo han conseguido. Han seguido la estela de otros tantos Médicos Residentes Internistas (MIR) que, en años anteriores, también se pusieron manos a la obra y, finalmente, se han alzado con los premios de Investigación Final de Residencia.

Ayer, el sector sanitario II de Zaragoza, que incluye además de los centros de salud a tres hospitales (Servet, Provincial y Royo Villanova), reconoció su labor con estos galardones en un acto que tuvo lugar en el salón de actos del propio Servet.

Minutos antes, la oftalmologa Alicia Gavín y el cirujano general Sixto Genzor estaban algo nerviosos, al tiempo que «agradecidos» por el galardón. «No lo esperábamos, hemos trabajado mucho, eso es cierto, y las publicaciones que hemos hecho sabemos que tenían fuerza e impacto, pero de ahí a pensar que nos iban a premiar, para nada», aseguraban a este diario.

En el caso de Gavín, ha trazado una línea de estudio del trastorno bipolar a través del nervio óptico. «Lo iniciamos en el grupo de Neuroftalmología, donde desde hace mucho tiempo hacen investigaciones sobre enfermedades neurodegenerativas», explica. En el proceso, los oftalmólogos analizan los cambios que se producen en la retina y en el nervio óptico a través de una prueba denominada tomografía de coherencia óptica (OCT).

«La investigación no está cerrada, todavía falta y no se pueden dar conclusiones. Hay que ver evolución en pacientes, cambios según los tratamientos... Eso llevará unos años», añade. En este sentido, Gavín está dispuesta a continuar con su trabajo. «Quiero seguir con la investigación y a ver qué sucede, a ver hasta dónde conseguimos llegar», apunta.

Esta MIR, que estudió en Zaragoza, ha logrado terminar la especialidad en su ciudad natal, aunque por el momento desconoce donde estará su futuro. «No sé todavía hacia dónde me voy a encaminar. Debo pensarlo y ver las opciones», dice.

La aragonesa reconoce que han sido «muchas horas extra» en el Servet durante cuatro años para completar una residencia que, tras llegar al final, siente que ha sido satisfactoria. «Ha sido mucho trabajo, intenso, pero me siento muy contenta. El premio también me hace sentir orgullosa porque es el reconocimiento a unos resultados. He podido trabajar con un equipo muy involucrado y en un hospital donde se hace mucha investigación», explica.

300 APENDICITIS AL AÑO

En el caso de Sixto Genzor, su línea de trabajo ha sido el diagnóstico de la apendicitis. Los resultados de su estudio avalan el uso de la ecografía como técnica que permite reducir el porcentaje de errores diagnósticos. «La apendicitis es algo muy común, todos conocemos a alguien que ha tenido que ser operado, pero no tiene unos criterios exactos de diagnóstico. Se puede presentar de cualquier manera y a cualquier edad», cuenta el cirujano. «Lo que hemos podido ver es que la ecografía es la técnica más útil para poder ver algo. Acierta muy bien y cuando determina es fijo, hay poco error», señala Genzor.

El doctor, cuya residencia en el Servet ha sido de 5 años, empezará a trabajar en junio en el hospital Reina Sofía de Tudela. Además de la investigación de apendicitis, que fue su línea de trabajo de máster, en el doctorado está abordando el cáncer de colon.

«No me esperaba el premio, pero se agradece. Salir de la residencia con este reconocimiento es un orgullo. La verdad que dentro de estos premios los cirujanos igual estamos algo ausentes, porque es cierto que quizás no investigamos tanto, estamos más centrados en operar y en la formación», cuenta.

En el Servet se realizan cada año alrededor de 300 operaciones de apendicitis en población adulta. El residente ha estudiado 250 casos y asegura que la residencia «ha cumplido las expectativas», incide. «Es un hospital que trata muchas patologías, donde la formación es buena y el volumen de trabajo es impresionante. El quirófano no se puede llevar a casa, hay que practicar y ejercitarse aquí. Estoy muy contento con la formación en cirugía», matiza Genzor.