El luchador antifranquista Lluís Martí Bielsa, nacido en la localidad zaragozana de Gallur, falleció ayer a los 97 años en Santa Cruz de Moya (Castilla-La Mancha), donde se celebraban las XX jornadas de la Guerrilla Antifranquista y el Maquis.

Presidente de Amigos de las Brigadas Internacionales de Cataluña, estuvo en un campo de concentración y luchó en la Resistencia francesa. Cuando pudo regresar a España, acabó prisionero del régimen franquista.

Bielsa siempre decía que los niños debían conocer la historia y estar presentes en actos como el aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial para evitar que «se olviden los horrores del fascismo».

Martí Bielsa fue responsable político de las Juventudes Socialistas Unificadas durante la guerra civil y sufrió la crudeza de resistir y sobrevivir en un campo de concentración, como el de Argelers de la Marenda (Cataluña) al finalizar el conflicto bélico.

Durante la Segunda Guerra Mundial participó en la Resistencia francesa. Fue detenido y enviado al campo de concentración nazi de Dachau, pero logró escaparse antes de cruzar la alambrada. Incansable en su lucha, se alistó a las Fuerzas Francesas del Interior y formó parte de la liberación de París en agosto de 1944.

Con el fin de la guerra se trasladó a Cataluña, donde permaneció en la clandestinidad hasta que en 1946 volvió a ser detenido. En esta ocasión fue torturado y encarcelado. En un primer momento lo trasladaron a la prisión Modelo de Barcelona para acabar en los penales de Ocaña (Toledo) y Burgos. En 1952 fue desterrado en Montblanc bajo el aval de un tío.

Ya en libertad, fue secretario de la Asociación Catalana de Expresos Políticos del franquismo y presidente de Amigos de las Brigadas Internacionales de Cataluña.

Lluis Martí Bielsa fue Autor de Uno entre tantos: memorias de un hombre con suerte, y en el año 2006 recibió la Cruz de Sant Jordi por su continuada lucha contra el fascismo.