La mujer que se enfrenta desde hoy en la Audiencia oscense ante un jurado popular a una petición fiscal de 20 años de prisión por el presunto asesinato de su marido en una finca rural en Zaídín (Huesca) ha manifestado que sólo le infligió cortes superficiales con un cuchillo para evitar que le violara.

La procesada, Rosa María T.S., ha negado de forma reiterada a lo largo de su declaración haber torturado a su marido durante varias horas y causarle de forma intencionada, para hacerle sufrir, las heridas que, según los peritos forenses, provocaron la muerte de la víctima casi un año más tarde.

Los hechos ocurrieron entre la tarde del 3 de julio de 2012 y la madrugada siguiente en la habitación que compartía el matrimonio en la casa de campo en la que el marido solía pasar la mayor parte del tiempo debido a las discusiones y diferencias que enfrentaban a la pareja desde tiempo atrás.

Según el ministerio fiscal, la mujer, en una hora sin determinar, se abalanzó sobre su marido de forma sorpresiva cuando éste se encontraba en la cama y le clavó un cuchillo de 14 centímetros de hoja en numerosas ocasiones y en diversas partes del cuerpo.

Esta misma versión ha mantenido el representante de la acusación particular en nombre de los dos hijos del matrimonio, que solicita para la procesada 37 años de prisión por un delito de asesinato con las agravantes de parentesco y descampado y que ha incidido en la especial crueldad con la que el hombre fue agredido.

En su declaración, la mujer ha explicado que decidió acompañar a su marido hasta la finca para limpiar la casa, como solía hacer, aunque ha comentado que su intención era separarse por el "maltrato psicológico" continuo al que le sometía y por haberle enfrentado con sus dos hijos.

Ha señalado que la tarde del día en que ocurrieron los hechos, su marido, cuando se disponía a echarse una siesta, se quitó el calzoncillo y trató de empujarla sobre la cama con la intención de mantener relaciones sexuales, algo que, según ha afirmado, le había advertido que no volvería a hacer con él.

La procesada ha destacado que durante el forcejeo que se produjo inmediatamente después cogió un cuchillo de cocina que había sobre un mueble y le causó una herida en un brazo que le produjo una abundante hemorragia.

La mujer ha añadido que consiguió zafarse tras dar un rodillazo a su marido en los testículos y que inmediatamente comenzó a provocarle cortes "superficiales" en todo el cuerpo con el fin de asustarle, "pero no cuchilladas", ha subrayado.

Ha añadido que en esos momentos no optó por llamar a las emergencias sanitarias porque pensaba que "no le había hecho nada" a su marido y porque éste no se quejaba ni decía nada.

Ha explicado, además, que no echó a sus hijos de la finca cuando estos se acercaron a interesarse por su padre y que éste no gritó para pedirles ayuda a pesar de que estaba despierto en esos momentos.

Aun así, la mujer, en prisión desde que ocurrieron los hechos, admite que se acostó más tarde junto a la víctima, hasta que éste le pidió que se fuera a echarse a otro sitio, y que se quedó dormida.

Al despertar, sobre las 06.30 horas de la mañana del día siguiente, la mujer, asustada por la sangre que había sobre la cama en la que se encontraba la víctima llamó a las emergencias médicas.

El ministerio fiscal solicita para la acusada una condena de 20 años de prisión por un delito de asesinato y una indemnización para cada uno de los hijos de 120.000 euros, petición que eleva la acusación particular a 37 años al entender que concurren las agravantes de parentesco y descampado.

Por su parte, el letrado de la defensa ha solicitado la libre absolución de su cliente al entender que no hubo intento de asesinato y que la víctima no murió por las heridas sufridas sino por otras causas médicas.

Subsidiariamente, ha planteado que los hechos fueran considerados como presuntos delitos de lesiones, de tentativa de homicidio o de homicidio consumado, pero ha solicitado que se le aplicase unas eximentes completa de legítima defensa y de miedo insuperable para que no se le impusiera condena alguna de cárcel.

El juicio continuará mañana con la lectura del testimonio que realizó el marido de la acusada nueve días antes de morir y las declaraciones de los testigos, entre ellos los hijos del matrimonio, que solicitaron declarar por videoconferencia para evitar ver a su madre.