"Este es Diego, toca la percusión menor y le encanta hacer el paso típico de Michael Jackson, el de los pies para atrás", contaba Edwin Cueva, profesor que lleva 13 años al frente de la Orquesta Sinamune, mientras presentaba al chico más dicharachero de la banda.

Esta orquesta nació en Ecuador hace casi 15 años y tiene la particularidad de ser el primer proyecto del mundo que utiliza la música con niños especiales. Ayer, estos jóvenes visitaban el Ayuntamiento de Zaragoza, donde les recibieron Carmen Gallego, concejala de Acción Social y Miguel Gargallo, teniente alcalde la misma concejalía. "Me gusta mucho viajar, conocer otras culturas, aprender y sobre todo tocar. Yo soy especialista en el trombón y soy ciego, pero esta orquesta es parte de mi vida", relataba Cristian Samueza, a la vez que añadía que entraría en la Universidad de Quito, "para estudiar Comunicación".

Y es que la orquesta les ha aportado una luz dentro de la oscuridad de la ceguera, el síndrome de Down y la parálisis, de forma que estos niños han encontrado algo en el que ser diferente no es sinónimo de fracaso. Para Edgar Palacios, director de la banda, enseñar a estos chicos es "una satisfacción tremenda", tanto que aseguraba no necesitar "nada más en mi vida".

"Para nosotros esto es un sueño", relataban David Ribadeneira y Leny Mora, ambos percusionistas y saxofonistas de Sinamune, "porque nos sentimos importantes y cuando la gente aplaude como en el concierto que ofrecimos el domingo, es lo más grande que tenemos. Bueno, eso y la amistad entre todos".

La orquesta Sinamune partía hoy a Roma, tras haber realizado una gira por Madrid, Valencia y otras ciudades. Este fin de semana aterrizaron en Zaragoza y allí, en el colegio Salesianos, ofrecieron lo mejor de sí mismos. "Estuvieron magníficos", dijo Gargallo.