La carretera N-260 entre el Congosto del Ventamillo y Campo, en el Eje Pirenaico en la provincia de Huesca, se abrirá al tráfico este martes a las 8.00 horas tras permanecer cortada desde el 1 de octubre para la realización de obras de mantenimiento.

Según informa el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (Mitma) en un comunicado, el tramo, de 11,98 kilómetros, se pondrá en funcionamiento una vez finalicen las labores de limpieza y adecuación de la carretera para permitir la circulación en las mayores condiciones de seguridad, así como la preparación de las plataformas de trabajos en vista a continuar las obras en los próximos meses.

Unas obras de acondicionamiento que cuentan con un presupuesto de 35,7 millones de euros y que en los últimos meses han consistido en la ejecución de parte de la cimentación de los voladizos en distintos tramos que son necesarios para la ampliación de la carretera por la margen derecha de la calzada para evitar desmontes de grandes alturas y la realización de desmontes por medios mecánicos que no se podrían acometer permitiendo el tráfico a medias calzadas, así como por voladuras.

Han comenzado además los emboquilles de los túneles proyectados mediante voladuras y se han colocado drenaje transversal bajo la plataforma de la carretera y ampliado la calzada en el tramo comprendido entre la Presa de Argoné y Campo, donde se ha realizado la ejecución de la plataforma mediante la formación de rellenos, ejecución de desmontes y formación de muros de protección de escollera frente a la crecida de avenidas del cauce del río Ésera.

La carretera ha permanecido cerrada debido a las características técnicas de las obras entre las poblaciones de Seira y Campo desde el pasado 1 de octubre, aunque se permitió la circulación de vehículos para el puente del Pilar y Todos los Santos para facilitar el acceso de turistas al valle de Benasque.

La obra se lleva a cabo en los términos municipales de Castejón de Sos, Seira y Campo, en una carretera de montaña que discurre por un espacio natural de elevado interés ambiental y acusada fragilidad.

En la mayor parte del trazado, la N-260 discurre encajada entre el río Ésera y los taludes del macizo montañoso, resultando un espacio estrecho y limitado en donde ejecutar las obras de acondicionamiento, recuerda el Mitma.

De este modo, la anchura de la calzada de la carretera N-260 es escasa en la actualidad, aproximadamente unos 5,5 metros, con ligeros sobreanchos de hasta 6 y estrechamientos hasta los 4,5 metros en zonas puntuales que dificultan el cruce de vehículos.

La solución proyectada consiste en la ampliación de la plataforma de la carretera N-260, adoptando una anchura de 8 metros (con dos carriles de 3,50 m y arcenes de 0,50 m).

La ocupación y el impacto en las zonas más conflictivas que discurren junto al río Ésera se minimizarán mediante la construcción de voladizos apoyados y anclados a la roca y también se dotará a la carretera de sobreancho en las curvas para facilitar el cruce de dos vehículos pesados o autobuses.

El proyecto incluye la ejecución de dos túneles de 265 m y 540 m de longitud respectivamente.