Nunca hubiéramos imaginado que David fuera capaz de matarla a ella y a su madre". Las amigas de Esmeralda Clavería, la joven de 22 años asesinada por su compañero sentimental en Fuentes de Ebro, no pueden todavía dar crédito a lo sucedido. "David --afirmaron ayer-- es un chico callado, serio, con cara de buena persona, que nunca se metía con nadie ni daba que hablar, y ella estaba muy enamorada de él".

David Morado, de 28 años, acabó con la vida de Esmeralda, de 22, y de la madre de ésta, Rosa Bazán, de 45 años, el pasado sábado. Las apuñaló en el domicilio de sus suegros y luego se autolesionó, por lo que fue ingresado en un centro sanitario y todavía no ha prestado declaración. El autor del hecho, que ayer recibió el alta hospitalaria, permanece bajo custodia de la Guardia Civil. Hoy pasará a disposición judicial.

Morado es muy poco conocido en Fuentes de Ebro, una localidad de 4.000 habitantes próxima a Zaragoza. Se sabe de él que llegó al pueblo, procedente de Barcelona, con las obras del AVE, en las que trabajaba. "Rafael y Rosa, sus suegros, fueron los que le buscaron varios trabajos cuando terminaron las obras del AVE y le abrieron las puertas de su casa", señaló ayer una vecina.

"SENTIA MIEDO" David y Esmeralda, que vivían juntos desde hace dos años, habían tenido una niña, Ainhoa, de 3 meses. Hace una semana, Esmeralda abandonó a David, con el que vivía en un piso de alquiler en la calle Mayor de Fuentes, y, junto con su hija, buscó refugio en casa de sus padres.

"Le dijo a su madre que sentía miedo, que no quería quedarse a solas con David porque a veces la miraba con ojos de loco", comentó ayer una conocida de la víctima. "Se ve que David, que dejaba todos los trabajos que le ofrecían, se dedicaba a beber mucho últimamente y que hace pocos días lo recogieron del suelo con un coma etílico", agregó.

Hasta conocer a David, Esmeralda había trabajado en las fábricas del polígono de Fuentes y también en la recogida de la fruta, al igual que su madre, Rosa Bazán, a la que los vecinos consideran "el puntal de la familia Clavería", "Ella llevaba las cuentas, hacía la compra y se preocupaba de la salud de todos", indicó una persona que vive en el mismo bloque de viviendas que las víctimas.

Rafael Clavería, padre de Esmeralda y de sus dos hermanas, está empleado como albañil en el Ayuntamiento de Fuentes. "Es de aquí de toda la vida", comentó un trabajador municipal. "Es de una familia gitana que está totalmente integrada desde hace generaciones, es un vecino más y una gran persona".

"Estos últimos tiempos David no trataba bien a Esmeralda y no la dejaba salir de casa", manifestó una vecina de la calle Mayor. "Ahora, yo a él nunca le he visto borracho.

Durante ocho meses David trabajó en una carpintería metálica de Fuentes. "Era un buen trabajador, sabía soldar y hacía bien todo lo que le mandabas", manifestó ayer el responsable de la empresa. "Era un chico que nunca hablaba, venía, hacía su labor y se marchaba". "Un día --continuó-- vino y me dijo que no podía seguir trabajando".

"Sabíamos que era de Barcelona", explicó un excompañero de trabajo de David. "Pero ahí debía de tener mal panorama, pues sus padres están separados y su madre no debe de querer saber nada de él". "Se comenta además --añadió-- que tenía otros dos hijos por ahí, pero que no los había reconocido".