La reparación integral del canal de aguas bravas del Parque del Agua de Zaragoza se llevará a cabo este verano. El concejal de Economía, Fernando Rivarés, ha dado un ultimátum a la empresa que lo diseñó -Euroestudios- y la que lo construyó -Tragsa- para que antes del jueves informen sobre si acceden a realizar los trabajos tal y como solicitan desde el consistorio, que ejecutaría la empresa pública y que parece que no acaba de convencerles. En caso de que no sea así, será el ayuntamiento el que se haga cargo de forma subsidiaria para después pasarles la factura.

La balsa del canal se ha reparado hasta en tres ocasiones sin éxito, pues las fugas por las que se pierden miles de litros de agua nunca han desaparecido. Según una auditoría, que encargó el ayuntamiento en el 2017, el problema es «estructural» y tiene su origen en el diseño, en concreto, en la base inferior, por lo que no se puede reparar y hay que acometer una remodelación del canal completa, como le han requerido desde el consistorio a Tragsa.

En el informe aparecen varias alternativas para reparar los daños, aunque concluye que la más aconsejable es la integral. Los trabajos solo pueden realizarse en verano, en época de estiaje y Rivarés tiene previsto firmar la orden antes del 15 de junio, cuando tenga que dejar su acta como concejal y como responsable de la sociedad Zaragoza@Expo (en proceso de liquidación).

En realidad, los trabajos tendrían que haberse realizado el pasado verano, pero la burocracia ha retrasado el proceso hasta este verano cuando, parece, se iniciarán las obras de remodelación y reparación de forma definitiva la balsa inferior, garantizando su impermeabilización, y cuyo coste se elevará a 624.000 euros.

Según la auditoría, las obras de reparación que se realizaron en el 2015 fueron contraproducentes porque los trabajos de inyección en el hormigón que pretendían sellar las juntas de las grietas no sirvieron para la impermeabilización del vaso. Entonces Tragsa invirtió 131.000 euros.

CENTRO NACIONAL

Si finalmente se cumplen los planes, se ejecuta la obra y se repara el canal de aguas bravas, podría pasar a ser un centro de entrenamiento de piragüismo y un referente a nivel nacional.

Rivarés explicó que quiere convertir en municipal las instalaciones y firmar un convenio con la Federación Española de Piragüismo para que este espacio albergue un gran centro de entrenamiento.

El presidente de la federación aragonesa, José María Esteban Celorrio, explicó que hace un año hubo contactos con el consistorio sobre este tema y que, desde entonces, no se ha avanzado nada. Entonces, según explicó Celorrio, entregaron al ayuntamiento un proyecto con el que pretendían dar un impulso al piragüismo y que contemplaba un plan de promoción dirigido a centros escolares y colectivos vulnerables. «Queríamos implicar a la federación nacional, al consistorio y la DGA», explicó. Para lograrlo, pensó en el canal de aguas bravas como centro de entrenamiento.

«Son unas instalaciones perfectas pero habría que resolver bastantes asuntos, como las tarifas», comentó. Según Celorrio, hay colectivos deportivos extranjeros que también han mostrado su interés.

Mantener el canal de aguas bravas cerrado y sin actividad genera un coste de más de 34.000 euros solo en gasto energético, que se ve aumentado por las filtraciones, ya que se necesita más agua y, por lo tanto, más energía para su bombeo.

Las empresas que han explotado este servicio han acabado desistiendo ya que no resultaba rentable por sus costes de mantenimiento y la escasa afluencia de público.