El traslado del rastro de Zaragoza a la Estación del Norte y los alrededores del estadio de La Romareda se ha convertido en otro motivo más de la oposición para reprochar al Gobierno de Zaragoza en Común (ZeC) su «falta de negociación». Este fue uno de los motivos por los que el pleno rechazó ayer el cambio de ubicación -salvo ZeC- y aprobó que se abra un proceso de debate sobre cuál sería el mejor emplazamiento para trasladar el mercado ambulante de los miércoles a un lugar que permita mejorar las ventas, principal problema y por el que la junta de vendedores ha solicitado el traslado.

Como ya suele ser habitual, la oposición coincidió en sus reproches. La intervención más dura fue la de la concejala socialista, Lola Ranera, que dejó en evidencia a la responsable de Mercados, Teresa Artigas. Ranera recordó que, en la gerencia de Urbanismo del 4 de abril, Artigas le respondió que este cambio «era una propuesta que venía de hace años y que no había nada nuevo», cuando hay estudios sobre cómo y dónde se repartirían los puestos en ambas ubicaciones y dónde se aparcarían las furgonetas. También hay informes que desaconsejan instalar el rastro en el Arrabal. «Esto es una tomadura de pelo», lamentó Ranera. Esta misma expresión utilizó la concejala de CHA Leticia Crespo, que añadió que «tiene cuajo que nos dijera que se estaba estudiando cuando ya lo tenían decidido».

Crespo insistió en la necesidad de dar una respuesta a los vendedores ambulantes pero «de una manera conjunta y sosegada».

Desde Ciudadanos (Cs), Alberto Casañal lamentó que esta vez ZeC, además de conseguir que la oposición esté en contra de su decisión, ha logrado «enfrentar a toda la ciudad con los vendedores, en lugar de ayudar a los comerciantes» y responsabilizó directamente al alcalde, Pedro Santisteve, por tomar «una decisión unilateral».

El PP rescató otro de los problemas que el pleno acordó solucionar ya en enero y del que nada se sabe: la venta ilegal paralela al mercado ambulante y que el área de Derechos Sociales lleva meses trabajando. Además, manifestó sus dudas sobre las tres propuestas que Santisteve ha anunciado que hará en la explanada de la Estación del Norte. «El problema es que el alcalde va por los barrios prometiendo cosas imposibles», como el mercado de proximidad, el proyecto Covent Garden y, ahora, al rastro. Todo ello, teniendo en cuenta que en los presupuestos participativos del año pasado se aprobó ajardinar la zona.

Según Artigas, todas las opciones son compatibles. Para la concejala, la moción que se debatió ayer (presentada por el PP) trataba de «la necesidad de dignificar la venta ambulante, que se gana la vida dignamente». A su juicio, «hay que aprovechar la ocasión para convertir al rastro en un atractivo turístico de la ciudad». Aseguró, asimismo, que ninguna de las acciones que se lleven a cabo en esta gigantesca explanada «comprometerán su futuro» y acusó a la oposición de «oportunista» por criticar que el Gobierno haya iniciado los estudios.