Los osos volverán a ser una población estable en el Pirineo aragonés en unos cinco años si se cumplen las previsiones de los colectivos ecologistas que defienden su reintroducción. Esto implicará reforzar las medidas de prevención e indemnización a los ganaderos que ya son efectivas por parte del Gobierno de Aragón, contrarios a este proceso de recuperación alentado por las administraciones de Navarra o Cataluña. «Los osos van a progresar a su ritmo, lentamente, y si esto sigue así no será necesario soltar más ejemplares», reconoció el presidente de la fundación Oso Pardo, Guillermo Palomero. En este momento Francia ya ha cancelado el programa de suelta.

«Es necesario esperar y no crear más alarma social», repiten los medioambientalistas al considerar que la realidad es que esta consolidación no será inmediata, pues las hembras no crían todos los años, lo que ralentiza los nacimientos. Las osas se reproducen cada dos años si están bien alimentadas, algo que probablemente esté en el origen de los últimos ataques de Sarousse en la comarca de la Ribagorza, pues está en época de celo.

Las osas suelen tener entre una y tres crías, pero no todas llegan a la madurez sexual. Esto hace que la progresión sea lenta, sobre todo en el Pirineo central, en el que todos los ejemplares provienen de la reintroducción de osos eslovenos, algo que los ecologistas consideran «perfectamente legítimo» pues todos ellos parten del tronco europeo común. «Se han adaptado bien al territorio», dice Palomero.

OSEZNOS MUERTOS

La población de osos necesitaría la reintroducción de osas hembras para mejorar la especie, pues suelen moverse menos que los machos, que habitualmente recorren muchos kilómetros y pueden intercambiarse de núcleos. Neré y Canelillo son los dos osos pardos de referencia en la zona. Y Francia ha sido la administración que ha reforzado con dos nuevas osas el territorio (Claverina, que tuvo dos oseznos que han muerto a manos de otro macho, y Sorita), aunque la forma en la que se ha procedido a este cambio no ha gustado a nadie por la falta de información y coordinación. «Lo han hecho francamente mal y no ha sido buena idea», reconocen en la fundación siguiendo la postura del Gobierno de Aragón.

En el futuro es probable que la colonia de osos sigan ocupando zonas del Pirineo y no se descartarán avistamientos en la falda de los valles, pues se considera que es un lugar adecuado para su presencia por la falta de población.

NUEVOS HÁBITOS

Los ataques en los valles de Hecho y Ansó no están provocando alarma hasta el momento. «Al único sector al que perjudica es al ganadero porque les obliga a cambiar algunos hábitos», lamenta Palomero. Sin embargo, recuerda que esta reintroducción está obligada por las directivas europeas. El Gobierno de Aragón ha puesto en marcha una buena cantidad de medidas para evitar estos conflictos como el seguimiento de los animales.

Por su parte, desde la fundación Oso Pardo defienden que la recuperación del oso en la cordillera pueden ser un revulsivo para el turismo, algo que sucede en estos momentos en muchas zonas de Eslevenia. «Es una realidad que el principal problema de la ganadería no son estos ataques», precisa Palomero.