Un reciente reportaje de la BBC se refería a Rumanía como "el país donde se construye una iglesia cada tres días". Ese fervor religioso es una liberación tras la persecución sufrida durante la dictadura comunista de Ceaucescu. Ortodoxos, adventistas, baptistas, pentecostales, católicos, Testigos de Jehová... Todos los credos conviven en una nación pluriétnica.

A esa querencia por lo espiritual, los rumanos aragoneses que acuden a los centros religiosos incorporan los deseos de mantener la tradición, establecer contactos y buscar trabajo. "Muchos se han vuelto más religiosos. Somos una parroquia con una intensa vida religiosa y social", señala Aurel Nae, padre de los ortodoxos en Zaragoza, que disponen en alquiler de un centro en Las Fuentes. Cerca de 400 personas acuden cada domingo y en celebraciones como Cuaresma, Navidad o el 15 de agosto. "Se ha tejido una red de apoyo. Ayudamos a los necesitados con alimentos, ropa, y algo de dinero", cuenta.

También trabajan para mantener el arraigo de los más jóvenes. Cada domingo enseñan religión, lengua, geografía e historia. "Preparamos cánticos, poesías y teatro y un grupo de jóvenes de 14 a 25 años visita a ancianos y personas necesitadas". Desde hace años sueñan con construir un templo bajo los cánones de la iglesia oriental y para ello la parroquia La Dormición de la Madre de Dios, solicitó un terreno en la zona de Puerto Venecia (parcela ES-04). Como en otras solicitudes, la crisis y las