La pasarela del Voluntariado permanecerá cerrada esta semana por motivos de seguridad. Después de que unos ciudadanos escucharan un «ruido seco y metálico» mientras paseaban, se clausuraron los dos accesos y se decidió continuar así, dado que todavía se desconoce qué pudo causar el crujido al no observarse daños en la estructura.

Gerardo Lahuerta, coordinador general del área de infraestructuras del Ayuntamiento de Zaragoza, explicó que tras producirse «un fuerte estruendo» el pasado domingo cuando unos ciudadanos pasaban por la pasarela, y repetirse posteriormente, se decidió cerrar los accesos por seguridad. Se realizó una observación el domingo cuando se produjo el siniestro, y contaron con la presencia de los técnicos de infraestructuras y la empresa de contrata de mantenimiento y conservación de puentes, así como de los Bomberos y Policía, para realizar una inspección. «Visualmente no se aprecia nada, ninguna grieta ni nada parecido que podamos señalar como causa», explicó Lahuerta. «Por el fuerte incremento de temperatura, puede que se haya producido una dilatación, o un asentamiento», apuntó.

La pasarela continuará cerrada y en ella se van a llevar a cabo «estudios mucho más profundos» en los próximos días. El área de infraestructuras zaragozana contactará con Javier Manterola, ingeniero de caminos, catedrático y autor del proyecto del puente, «para explicarle la situación y ver qué considera él que puede haber sucedido», detalló el coordinador general. Asimismo, se pretende poner en contacto con una empresa especializada, con la que la ciudad realizó dos informes en los años 2013 y 2015 sobre la inspección de la pasarela. «Son empresas muy concretas que hacen este tipo de estudios», indicó.

Esta pasarela peatonal que conecta los barrios zaragozanos de La Almozara y el Actur sobre el río Ebro, inaugurada el 24 de abril de 2008, es un puente flexible, sujeto a muchas vibraciones, y se descarta que el ruido se produjera por el viento, ya que no se dieron rachas.

Hasta el lugar acudieron los Bomberos, quienes al inspeccionar la zona exterior, volvieron a escuchar el ruido que asustó a los vecinos que dieron el aviso corroborando la alarma. «Fueron unos crujidos reiterados en un breve espacio de tiempo», según dijo el jefe de mando de Bomberos, Enrique Mursaura.

El grupo de buceadores se introdujo en el río «para poder realizar unas fotos de alta resolución de la base», explicó Mursaura. Además, inspeccionaron la zona de la aguja con prismáticos y no se apreció ninguna grieta estructuralmente importante. «No necesariamente puede haber un problema serio, se prima la seguridad», subrayó.

De cara a los análisis que se planifiquen estos días, y según lo que se decida desde el consistorio zaragozano, el jefe de mando de Bomberos señaló que todo el equipo estará a disposición de los técnicos para colocar sensores u otro tipo de elementos que sean necesarios, e incluso hacer vuelos con drone con el objetivo de estudiar los tensores de la punta de la aguja o cualquier acción que resultara necesaria.