Las calles de Zaragoza volvieron a convertirse ayer en escenario del Paseo Otoñal de la Asociación Aragonesa de Vehículos Históricos (AAVH). Grandes clásicos de Ford, Cadillac, Buick o Rolls-Royce formaron parte de un pequeño recorrido para mostrar su belleza y poner de manifiesto que, a pesar de los años, continúan siendo auténticas joyas del automovilismo. La marcha se inició en la sede de la asociación que preside Jesús Val, en la calle Miguel Servet, y atravesó algunas de las arterias principales de la ciudad --desde Echegaray, a Sagasta, Cuellas y Gran Vía-- para llegar al cámping de Zaragoza, donde tuvo lugar un vermut de hermandad para los socios del club.