Un estudiante de 17 años que tantea su futuro laboral, un suramericano con un trabajo temporal que no le satisface, una joven que busca su primer empleo... y un profesor de Universidad de 50 años,

Los candidatos a soldados que ayer se presentaron en la Unidad Móvil de Información y Captación del Ejército de Tierra instalada a la entrada del paseo de Independencia, en Zaragoza, componían un grupo humano variopinto, sin nada en común a primera vista.

"Las personas que se interesan por las Fuerzas Armadas no tienen un perfil definido, pero en todos ellos se percibe una atracción previa por lo que supone el Ejército", indicó el teniente Alberto, el oficial que se encarga de informar a los que, en el lenguaje castrense se denomina peticionarios . "Nadie se acerca a nosotros si no tiene el gusanillo de la vida militar".

La furgoneta que difunde por toda la región militar a la que pertenece Aragón la oferta laboral del Ejército de Tierra para el año 2004, un total de 5.000 plazas, se instaló ayer en Zaragoza y permanecerá a lo largo del día de hoy.

"Todos los días atendemos a unas 30 o 40 personas, entre jóvenes y adultos", explicó Alberto, que se muestra satisfecho de la respuesta que está obteniendo la campaña de captación.

"No nos sorprende el interés", señaló el brigada Javier Allueva. "Hay que tener en cuenta que este año el Ejército de Tierra presenta dos grandes novedades: la posibilidad de aprovechar la estancia en filas para adquirir una especialidad técnica plenamente reconocida que luego sirve para recolocarse en la vida civil, y la búsqueda de reservistas voluntarios entre 18 y 58 años".

Para ser reservista voluntario basta con que el candidato dedique un mes al año a las Fuerzas Armadas, trabajando en su especialidad de la vida civil. A cambio, el voluntario, que puede optar a ser alférez, sargento o soldado, en función de su titulación, recibe el salario mínimo multiplicado por dos o tres, según el empleo.

"Dos amigos míos están de soldados y lo que me han contado de la vida en el Ejército me ha gustado", comentó ayer Angel López, un muchacho de 17 años al que le gustaría ser paracaidista y que se pasó por la furgoneta para pedir información.