La Dirección General de Patrimonio del Gobierno de Aragón afirmó ayer que no va a acometer la reforma de la iglesia de La Cartuja, pese a estar registrada como Bien de Interés Cultural. "El propietario es el Arzobispado de Zaragoza y por tanto el responsable de rehabilitar el monasterio", señalaron fuentes del departamento de Patrimonio.

Estas declaraciones se producen cuando en el barrio de La Cartuja se mantiene la alerta ante posibles desprendimientos de la torre de la iglesia. El templo, muestra del barroco aragonés, espera desde hace cinco años que se acometan los trabajos de rehabilitación. El Arzobispado de Zaragoza ya ha manifestado su disposición a aportar 90.000 euros, un tercio del presupuesto total. No obstante, se encuentran a la espera de recibir ayudas por parte de la DGA y del Ayuntamiento de Zaragoza.

El Gobierno de Aragón ya descartó ayer esta opción, aunque se mostró partidario de seguir manteniendo contactos con los vecinos del barrio, según apuntaron.

De hecho, está prevista una reunión a la que la DGA ya confirmó el pasado lunes su asistencia. El encuentro ha sido convocado por el alcalde del barrio, José Ramón (CHA), y se espera también la asistencia de representantes del consistorio zaragozano y del arzobispado.

El proyecto de refuerzo de la torre y la cúpula descansa en los cajones desde 1998, año en el que se aprobó el Plan Especial de Protección y Reforma Interior de este conjunto arquitectónico. Las últimas actuaciones de mejora, en cambio, se realizaron hace más de diez años y la iglesia permanece cerrada a sus feligreses desde hace quince.

El plan de reforma, según confirmó el párroco de la localidad y presidente consultivo de la Asociación Amigos Pro Templo, Gregorio Forniés, se encargó ya en 1998 y fue el arzobispado el organismo que pagó la redacción del proyecto al arquitecto Juan Martín. El coste total de la rehabilitación era de tres millones de euros y para el 2002 se esperaba una partida presupuestaria de 150.000, que nunca llegó. "Lo más urgente es reformar la torre porque por el paso de los años y los nidos de cigüeñas caen piedras y la iglesia se está deteriorando", apuntó Gregorio Forniés. Precisamente, hace más unas semanas un grupo de ecologistas de Ansar retiró dos de los doce nidos de cigüeña que estas aves han creado a lo largo de casi diez años sobre distintos rincones del monumento.

El presupuesto con el que habría que contar para mejorar la torre del templo sería superior a 270.000 euros y desde el Arzobispado de Zaragoza estarían en condiciones de aportar una tercera parte de esa cantidad, más de 90.000 euros, de acuerdo con lo informado por Gregorio Forniés. Pero para poder ejecutar la mejora del monasterio, en torno al cual surgió este núcleo urbano de 2.200 habitantes en el siglo XIX, se necesitan las aportaciones de la DGA y el consistorio zaragozano.

"El arzobispo está en condiciones de hacer frente a este gasto y ha manifestado buena voluntad pero al ser un Bien de Interés Cultural esperamos que las instituciones pongan el resto cuando quieran o cuando puedan", precisó el párroco.