Pequeñas manitas llenas de harina, caras llenas de sorpresa al ver como crece un pastel en el horno y mucha satisfacción al comprobar que con una sencilla mezcla de ingredientes puede salir un suculento plato. Estas son algunas de las divertidas imágenes que se han podido contemplar en las clases de gastronomía que se han impartido en Uncastillo durante el verano y que han corrido a cargo de Ana Mallén, experta cocinera local y responsable del restaurante Uncastello.

Esta original iniciativa, pionera en la localidad zaragozana, ha nacido con el objetivo de acercar el mundo de la cocina a los más pequeños de la localidad, en concreto 20 pequeñas con edades comprendidas entre los 9 y 14 años, quienes participan activamente en las clases, que incluyen una parte teórica y otra práctica.

La jornada de trabajo comienza con el estudio de diferentes aspectos relacionados con la alimentación. Por ejemplo, las cocineras se han acercado al sugerente mundo de los sabores (dulce, salado, etc.), reconocer diferentes aromas, descubrir la historia y las cualidades de los distintos alimentos (frutas, carnes, pescados, hortalizas, pescados y productos lácteos), etc.

También se han abordado otros temas, no menos importantes, como la seguridad e higiene en la cocina, el conocimiento de los aparatos y utensilios, la presentación de los platos, así como las utilidades y propiedades de distintos alimentos como los huevos, los cereales, los frutos secos, el aceite y las especias.

Con las manos en la masa

Después de la clase teórica se elabora una receta relacionada con lo expuesto dicha clase. Entre otras, las pequeñas cocineras han hecho primeros y segundos platos, como ensalada de pasta, tomates rellenos, brochetas de pollo, churritos de merluza, y postres, como mousse de limón, arroz con leche y frutas y torrijas.

Tras su cuidada elaboración, llega la mejor parte del curso. Todos juntos proceden con interés a la degustación de estos atractivos platos, aunque "muchos de ellos prefieren llevárselo a casa para comérselo con sus familiares o amigos", comenta Ana Mallén.

Paralelamente al programa del curso, los jóvenes participantes han efectuado dos trabajos de investigación. El primero de ellos abordó las costumbres alimentarias de dos generaciones anteriores a la suya (abuelos y padres). El segundo consistió en la búsqueda de canciones que incluyan en su letra algo relacionado con el mundo de la gastronomía.

Esta interesante iniciativa, "que dado el interés de los niños tenemos previsto realizar al año que viene", apunta la profesora del curso, culminó con una multitudinaria merienda en la que los alumnos prepararon todos los platos realizados en este taller para degustarlos en presencia de sus familiares y amigos, los cuales quedaron encantados. Por su parte, éstos pagaron un módico precio por estas delicatessen culinarias que los pequeños cocineros destinaron a una ONG.