Francisco Pina jugueteaba con su móvil; levantaba el aparato como si hiciese una foto a sus compañeros de escaño. Mientras, la portavoz socialista, Ana Fernández, finiquitaba su intervención. Al acabar recibió el reconocimiento de su bancada; también de Pina que de forma automática volvió a la realidad del pleno y dio tres leves golpes en la mesa a modo de aplauso. Las Cortes aprobaron el techo de gasto para el 2015: 4.654 millones, 20 más que en el 2014. Trámite de ventanilla administrativa. PP y PAR cumplieron el protocolo al apoyar la cifra; la oposición hizo lo propio al rechazarla.

Se inició el curso político con destacadas ausencias en el hemiciclo, como las del portavoz de CHA, José Luis Soro, o la del líder de los socialistas, Javier Lambán. Con los morenos resplandecientes, los diputados encararon la recta final de la legislatura entre la distensión de los que no se jugaban nada, y el rifirrafe parlamentario que marcan los cánones de palacio, teñido todo ya de cierto aroma electoral. Abrió fuego el consejero de Hacienda, Javier Campoy. En su discurso hubo más defensa de las políticas neoliberales: disciplina, equilibrio y estabilidad que cifras.

La idea de la recuperación y la reactivación económica fue el hilo conductor de sus palabras. Pidió el apoyo del resto de grupos a una fórmula, la esgrimida por su Gobierno estos años, que es un "círculo virtuoso" porque ha permitido que Aragón regresar a la senda de los bienaventurados. Nada dijo del paro creciente, del incumplimiento del déficit o del aumento de la deuda. Cerró con el compromiso de no reducir "para nada" el social, porque "no existe ya la pólvora del rey, el uso de los bienes públicos sin ningún tipo de control ni cuidado". "No podemos gastar más de lo que tenemos", zanjó.

La oposición, rodada después de una legislatura de confrontación entre bloques: la izquierda y la derecha más perfilados que nunca, rechazó los planteamiento de Campoy. La portavoz del PSOE, Ana Fernández, ironizó sobre las "maravillosas predicciones" del consejero de Hacienda. Lamentó que las cifras no se acerquen ni siquiera a los 5.000 millones de euros y dudó de las previsiones del Gobierno después del "fracaso" --al no cumplir el déficit-- del pasado año. Señaló que lo que ha conseguido el Ejecutivo de Rudi es que haya más "pobreza, deuda y sufrimiento".

Adolfo Barrena (IU) reclamó, frente a las políticas de contención, el aumento del gasto público. "Su pólvora está mojada y sus previsiones, equivocadas", dijo. "El techo de gasto es papel mojado porque luego hacen lo que quieren", señaló en referencia a las previsiones de inejecución del 2015, 125 millones de euros, y las de ingresos.

Gregorio Briz (CHA) lamentó que Campoy no hubiese dado más que "cuatro cifras" y que ni siquiera haya explicado en sede parlamentaria el Plan de Equilibrio Financiero (PEF) --lo hará el próximo miércoles 10--. "La austeridad ha fracasado; esta política no favorece a nadie, lo único que hacen es crear más desigualdad", subrayó.