Carmen Badía, reclusa en la cárcel de Zuera (Zaragoza) desde hace 14 años, ha anunciado que este lunes inicia una huelga de hambre indefinida para pedir su excarcelación por enfermedad grave amparándose en la instrucción 6/2018 de Instituciones Penitenciaras.

La reclusa, de 62 años, ha sido diagnosticada de tres cánceres y se le han realizado varias intervenciones quirúrgicas que han hecho que se encuentre en un estado de salud cada vez más preocupante dada su edad, según ha indicado el Colectivo de Apoyo a Mujeres Presas en Aragón (CAMPA) en una nota de prensa.

Asimismo, Badía informó a esta organización que en el pasado mes de febrero tan solo se le realizó una analítica, tras nueve meses sin ningún tipo de revisión en el hospital, acorde a su situación de salud.

Actualmente se encuentra interna en el Módulo de Enfermería, un espacio donde no residen mujeres, por lo que esto supone que vive prácticamente en un régimen de aislamiento estando clasificada en segundo grado.

No realiza ninguna actividad durante el día y su única salida de la celda son los domingos para acudir a misa. Por lo tanto, han argumentado desde CAMPA, existe una dejación absoluta de carácter tratamental puesto que todas las personas presas tienen que tener un Programa Individualizado de Tratamiento (PIT) donde se les asignan actividades.

Además de la desatención médica y del aislamiento que sufre, le han retirado los apoyos sanitarios que la ayudaban a hacer las tareas cotidianas más básicas dado que, ante su frágil estado de salud, tiene que hacer uso de una silla de ruedas para moverse dentro de prisión, sin que las instalaciones estén adecuadamente adaptadas a ello, siempre según CAMPA.

Por estos motivos, Badía ha anunciado que comienza una huelga de hambre indefinida con el fin de que se aplique la instrucción 6/2018 de Instituciones Penitenciarias, una directriz que interpreta los conceptos de "peligro patente para la vida" y “enfermedad grave e incurable" de forma restrictiva asociándolos a enfermedad terminal, ha explicado CAMPA.

Fuentes de Instituciones Penitenciarias han precisado a Efe, sin embargo, que no tienen constancia de que Badía haya iniciado esta huelga de hambre.

Cuando un interno o interna decide hacerlo, han agregado, debe de rellenar una instancia en la que informe de su intención y los motivos por los que la hace, que se entrega en el centro correspondiente y es la dirección de la cárcel la que traslada la información a Instituciones Penitenciarias.

Hasta este momento, Instituciones Penitenciarias no tiene constancia oficial de la intención de Badía de hacer la huelga de hambre.

El artículo 104 del Reglamento Penitenciario, aprobado en febrero de 1996 por Real Decreto, establece que los penados que estén gravemente enfermos, con padecimientos incurables, según informe médico, podrán ser clasificados en tercer grado (y por lo tanto obtener la libertad condicional) por razones humanitarias y de dignidad personal, atendiendo a la dificultad para delinquir y a su escasa peligrosidad.

La Audiencia de Barcelona condenó a Badía a 24 años de cárcel en el año 2008, junto a Joan Sesplugues, como culpables de extorsionar y asesinar a la psicóloga Anna Permanyer.

En la sentencia, el tribunal consideró probado, como ya dictaminó el jurado popular, que en septiembre de 2004 Badía y Sesplugues extorsionaron a Permanyer para firmar el contrato de arras por el piso de su propiedad en la Torre Atalaya de Barcelona, y que luego la asesinaron.