El presupuesto del Ayuntamiento de Zaragoza hoy ve la luz y el pulso en la izquierda sigue en pie con consecuencias en una prórroga actual que van más allá de las inversiones que se quieran impulsar o no en la ciudad este año. Uno de los daños colaterales en la misma es que hay un total de 27 partidas que en las cuentas actuales están infradotadas con respecto a las necesidades económicas que tendrán este año. Contratos que han cambiado y requieren de más dinero, el aumento del 2,5% de los salarios de más de 5.000 funcionarios o incluso la reserva de dinero para la próxima campaña electoral son solo algunos ejemplos. Una insuficiencia que aflorará conforme avance el ejercicio porque ronda los 19,35 millones de euros, 5 de ellos en el incremento de retribuciones que obliga el Gobierno central.

Una de las afecciones más relevantes tiene que ver con la dependencia, las prestaciones domiciliarias y la teleasistencia, que por acuerdo con la DGA este 2019 iba a contar con dos millones más de los que, sin presupuesto, ahora dispone. No incluye los 20,47 millones necesarios sino los 17,97 que ya se presupuestaron el año pasado. Son 2,5 de diferencia cuando el compromiso era atender a más beneficiarios con una dependencia reconocida de grado 1. También faltarían 620.000 euros para llegar a los 10 millones que se pensaron para las ayudas de urgencia. Otros 200.000 les faltará a los centros de tiempo libre mientras el proyecto de captación de vivienda vacía, que se pretendía dotar con 2,12 millones, se queda con los 150.000 euros que tenía en el 2018.

Lo más llamativo es no poder cubrir las necesidades económicas de servicios esenciales como la limpieza de colegios (faltan 352.000 euros), la conservación de equipamientos (400.000 menos), el mantenimiento del alumbrado (100.000), la explotación de la planta de residuos urbanos (requeriría de 832.131 más) o la limpieza pública, a la que le faltarían 1,18 millones de los 38,9 que se cuantificaron para el 2019.

AFECCIONES

En otros casos, se trata de contratos que se mantienen sin poder adjudicar porque la oferta económica no está cubierta por la partida prorrogada, como el servicio de grúa, que pasa a costar 1,97 millones y solo hay 1,22 en el presupuesto.

Esto está al margen de las inversiones, que también se ven afectadas por la congelación de partidas no comprometidas. Por ejemplo la prolongación de Tenor Fleta, que tiene todo listo para sacar a licitación su ejecución pero no se podrá hacer en abril como se preveía. Porque una de las consecuencias que tiene la prórroga es que no se puede contar con los plurianuales y de los 2 millones que se calcula que cuesta hay disponibles 900.000 euros.

En esta misma situación se encuentra la reforma y ampliación del albergue, valoradas en 2,7 millones y que todavía no han salido a concurso público. Ni podrá hacerlo mientras no haya presupuesto porque el dinero consignado ahora es de 70.000 euros. La única opción de rescatarlos es echar mano de las inversiones financieramente sostenibles (IFS) a las que destinar un remanente de tesorería que este año contará con unos 20 millones. Pero es necesaria una mayoría en el pleno.

Tampoco se puede licitar la segunda fase del nuevo centro de protección animal, que solo tiene 450.000 euros para una obra millonaria, y tampoco la adecuación de los Baños Judíos, que contaba con 10.000 euros el año pasado y es lo que tiene ahora.