El Ayuntamiento del Pueyo de Araguás y la Diputación Provincial de Huesca (DPH) han recuperado el sendero que recorrían los maquis para llegar a su refugio en la Peña Montañesa. Restablecer la memoria histórica y reivindicar la relevancia del movimiento guerrillero antifranquista en las cuevas de esta montaña, así como las consecuencias que el conflicto entre la Guardia Civil y los maquis tuvo en la población local es el objetivo de este proyecto de senderos interpretados.

La institución provincial ha financiado la iniciativa con 6.000 euros, de manera que permite recuperar un camino histórico de alrededor de dos kilómetros desde el aparcamiento del Monasterio de San Victorián hasta los pies del abrigo-refugio de los maquis. Completar el trayecto supone alrededor de una hora de subida y otro tanto de bajada.

Además, este proyecto forma parte de la red de senderos recientemente creada en el municipio. En concreto, en una de las rutas senderistas impulsadas por la DPH, que transcurre por la falda de la Peña Montañesa y que da acceso a este refugio.

El alcalde de El Pueyo de Araguás, José Ramón Lafuerza Coronas, explicó que el trayecto «es en subida pero es de fácil acceso y las vistas al horizonte son espectaculares». En la cueva, ubicada en las faldas de esta montaña, se han colocado dos carteles, de 100 por 80 centímetros, con información cercana, amena y varios niveles de lectura. En ellos se recoge la pluralidad de historias vividas durante la época de los maquis, explicando tanto el fenómeno guerrillero y la correspondiente militarización de la zona, como el impacto que tuvo en la vida cotidiana y memoria de los vecinos.

Para facilitar el acceso al máximo de visitantes, se ha acondicionado un tramo de unos 500 metros de sendero, enterrando la actual acequia de agua que actualmente transcurre justo por la senda.

La Peña Montañesa sirvió de refugio del cuartel general de uno de los colectivos de este tipo más importantes de toda la península: la Agrupación Guerrillera del Alto Aragón, encabezada por Villacampa. Los maquis resistieron en la clandestinidad de las cuevas de esta montaña hasta 1952 y en esa época tenían que bajar a buscar alimento a los pueblos por la noche. En su refugio llegaron incluso a instalar una imprenta para editar folletos.

De hecho, el consistorio estudia con el Gobierno de Aragón los lugares para exponer la imprenta y todo el material encontrado en una de las cuevas. Según avanzó la DPH, podría ser en alguna de las salas rehabilitadas del Monasterio de San Victorián.