El arzobispo de Zaragoza, Elías Yanes, considera que la adopción de niños por parte de parejas homosexuales "atenta injustamente contra la dignidad de los niños" y es "un proyectil contra la institución matrimonial". En su habitual carta en el semanario de la Diócesis de Zaragoza, Yanes se pregunta "qué tipo de derecho se puede invocar para que un niño tenga que vivir y crecer premeditadamente sin la figura del padre o de la madre".

Como informó EL PERIODICO DE ARAGON, las Cortes aprobaron el pasado mes de diciembre la reforma de la ley de parejas de hecho para que los homosexuales puedan adoptar menores. Esta medida entrará en vigor el próximo mes de marzo, aunque el PP ya ha anunciado que recurrirá ante el Constitucional.

En su editorial La voz del prelado , el expresidente de la Conferencia Episcopal Española asegura que leer que Aragón permitirá a las parejas homosexuales adoptar niños es "una mala noticia", por lo que dice sentirse en el deber de ofrecer "a todas las personas de buena voluntad y de recta conciencia unas reflexiones orientadoras".

Para Yanes, "no hace falta ser experto en psicología o pedagogía para saber que la falta de la figura paterna o materna no se sufre sin graves dificultades en el desarrollo de la personalidad".

Esta carencia, "agravada en el caso de la unión homosexual por la presencia de dos padres o dos madres, exigirá en el niño un esfuerzo mayor para alcanzar un perfil sólido de su identidad sexual normal".

En otro párrafo, añade: "No es por tanto posible calificar de discriminación el que las leyes prohíban la adopción a los homosexuales, sino que más bien hay que pensar que una ley que lo permita atenta injustamente contra la dignidad del niño. Tanto más cuando en estos momentos hay matrimonio idóneos, constituidos por varón y mujer, dispuestos a adoptar niños".

Yanes afirma tajante: "Los niños que por desgracia han sido privados de una familia propia no deben ser sometidos a una nueva prueba. Tienen derecho a crecer en un ambiente familiar que se acerque lo más posible al de una familia natural".

Según el arzobispo, "hay quienes en estos casos esgrimen un supuesto derecho de cada uno a organizar su vida privada como quiera, mientras no atente contra el bien de los demás. Pero en el caso de la adopción de niños por parte de parejas homosexuales se atenta contra un derecho y un bien fundamental de los niños que van a ser adoptados, un derecho que los poderes públicos tiene la obligación de proteger".