El albergue de transeúntes municipal y el comedor social ya están de nuevo en funcionamiento. Ambos servicios han permanecido cerrados durante un mes para acometer obras de mejora y trabajos de mantenimiento sanitario.

La concejala de Derechos Sociales del Ayuntamiento de Huesca, Rosa Serrano, ha explicado que se han llevado a cabo diferentes trabajos de pintura y albañilería porque las instalaciones «necesitaban un lavado de cara, que se ha acometido con recursos propios del Ayuntamiento». Los únicos trabajos en los que sí se ha tenido que invertir han sido en los de mantenimiento sanitario, que han supuesto un coste de casi 1.500 euros.

Durante el tiempo que las instalaciones han permanecido cerradas, el Ayuntamiento «ha estado muy pendiente de los usuarios para que nadie se quedara ni en la calle ni sin comer», ha aseverado Serrano, que también ha indicado que muchos de los usuarios, conocedores de este cierre temporal, se han dirigido directamente a los albergues de otras localidades. A los transeúntes que han llegado a Huesca entre el 14 de octubre y el 15 de noviembre se les ha ofrecido manutención y una ayuda de transporte para que pudieran viajar hasta otras localidades. En total, se ha atendido a 55 personas, se han utilizado 34 billetes de autobús y se han prestado 70 servicios de manutención. Además, los usuarios del comedor que residen en Huesca han contado con ayudas económicas.

En el año 2018, el albergue registró cerca de 5.700 usos de un total de 1.543 usuarios, un centenar menos que en 2017 y 347 nuevos. Además en el servicio de comedor social hubo 20.051 servicios. Aunque las personas que acuden al albergue siguen siendo mayoritariamente hombres, un 92%, el año pasado hubo un 3% más de mujeres que en el ejercicio anterior (pasando del 5% al 8%, el año pasado). Estas cifras reflejan una feminización de la pobreza y la tendencia femenina hacia la exclusión. Asimismo, según estos datos, la mayoría de las mujeres que solicitan estos servicios son de nacionalidad española, con un índice del 56%.